Por medio de un comunicado el legislador denunció que este recorte se basa en el supuesto de que los trabajadores “sobran”, son “una carga” para la empresa y ésta es ineficiente.
La sustracción de la gran mayoría de dineros que genera Pemex a través del pago de impuestos al gobierno y las corruptelas entre directivos y líderes sindicales, no puede invertir ni en su propio mantenimiento, tiene ociosa gran parte de su capacidad instalada y parte de lo que le funciona está a punto del colapso, reclamó el perredista.
“Suponiendo sin conceder que efectivamente hay trabajadores sin producir, esto no es culpa de ellos, sino de los directivos, administradores y funcionarios de la propia empresa y del gobierno que no han sabido sostener al organismo que llegó a generar casi 40 por ciento del gasto nacional”, dijo el parlamentario.
Éste simple hecho, pero además los diversos comparativos con otras petroleras –agregó Saldaña Morán- demuestran que los trabajadores no son “una carga”, sino quienes hacen productiva y rentable a Pemex para beneficio de la nación.
Denunció que mediante diversas artimañas, gobierno y directivos están dejando caer a Pemex para después justificar su liquidación o su entrega a unos cuantos empresarios favorecidos por éste y otros gobiernos.
Apuntó que no se puede entender de otra manera que, mientras por una parte se le sigue extrayendo la mayoría de recursos que genera y se le recorta además el presupuesto en 100 mil millones de pesos, por otra ya se le obligó a endeudarse en las peores condiciones en que una empresa puede obtener un crédito.
Dicho de otro modo: sí se le presta, pero –como lo han dicho las calificadoras de riesgo- por la poca confianza que genera en los prestamistas, se le cobran los más altos réditos posibles. “Así, se abre un boquete en su presupuesto y luego se tapa ese boquete con dinero prestado, pero a un mayor costo, lo que a final de cuenta es una pérdida”, denunció.
Para el parlamentario perredista, esta serie de acciones en contra de la principal empresa de los mexicanos es una puñalada tras otra encaminada a su aniquilación y acompañada de una “campaña negra” en algunos medios de comunicación, pero ahora con la novedad de que, según el anuncio de González Anaya, la factura la pagan los trabajadores.
Y, mientras tanto, el gobierno y los directivos de Pemex siguen entregando millones de pesos a una dirigencia sindical enriquecida inexplicablemente, en tanto directivos de la empresa y funcionarios gubernamentales continúan con sus gastos suntuosos e ineficientes.
Apenas a principios de este mes, los directivos acordaron entregarle a esa dirigencia sindical 296 millones de pesos, lo que seguramente no beneficiará a los trabajadores, pues muchos de ellos serán despedidos, según anunció el mismo González Anaya tras el recorte al presupuesto federal por 132 mil millones de pesos, 75 por ciento del cual será a Pemex.