Así, las y los diputados de todas las fracciones parlamentarias reformaron el artículo 177 de la Ley General de Salud de donde se derivan acciones necesarias para lograr que la protección a la salud sea un bien jurídico tutelado y que se delimite y se traduzca en un elemento de urgente justicia social.
“Esto significa un salto importante a la modernidad en temas de salud”, afirmó el diputado del GPPRD, José Guadalupe Hernández Alcalá, quien reconoció que luego de encuentros y desencuentros para que se diera este paso, uno de cada 10 niños recién nacidos con esta discapacidad que ameriten este tratamiento lo podrán obtener.
Reconoció el trabajo y esfuerzo de todos y todas las integrantes de la Comisión de Salud para aprobar esta reforma, un esfuerzo loable, dijo, ya que el costo del implante coclear oscila entre 250 y 300 mil pesos, montos que saldrán del presupuesto.
Dijo que abatir la sordera congénita, por tratarse de un tema de salud pública, beneficia en general las expectativas de nuestro país para brindar una mejor calidad de vida a nuestra población actual y futura, y que este beneficio no solamente será para las y los niños inscritos en el Seguro Popular, también serán favorecidos los del IMSS, ISSSTE, Semar y a todos los nacidos en México.
Celebró que un importante número de menores “ya no van a estar en el ostracismo, en la oscuridad de la sordera; van a pasar al mundo de los normo-oyentes”, y que como país nos sumaremos a otras naciones como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania que garantizan ya el acceso a este dispositivo dentro de los sistemas de salud.
El legislador quien es médico otorrinolaringólogo de carrera, hizo un reconocimiento al presidente de la Comisión de Salud, Elías Iñiguez para que su propuesta saliera adelante, lo mismo que a los presidentes de las sociedades de otorrinos del país, Javier Medina Rodríguez, Francisco Gallardo y a Regino Montoya del Consejo Mexicano de Otorrinolaringología, por su apoyo científico a la iniciativa.
El médico perredista, explicó que el implante coclear es como un oído biónico de gran tecnología. Un pequeño chip que se implanta en el hueso del cráneo. De ese chip, sale un electrodo que va a la cóclea que es el órgano auditivo y el electrodo estimula la parte interna de la cóclea para que esta sea capaz de procesar los sonidos.
Finalmente agradeció a sus compañeras y compañeros del GPPRD por el apoyo e impulso para que no cejara en su iniciativa que va a beneficiar a miles y miles de niñas y niños mexicanos, a pesar de las reticencias que hubo en algunos momentos para que se aprobara su propuesta.