Visión Financiera/Georgina Howard
Vivienda, el gran reto
Si bien la presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su toma de posesión que pugnará por la construcción de un millón de viviendas en todo el país, en especial para los jóvenes, lo cierto es que este sector enfrenta un encarecimiento severo y la brecha salarial de los jóvenes con respecto al valor de las casas ha crecido exponencialmente.
En el primer trimestre de 2019, el precio promedio de una vivienda en México era de 1,071,235 pesos, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) ese precio ha escalado a 1,724,000 pesos, un aumento del 61 por ciento en poco más de cinco años.
Mientras los precios de la vivienda se dispararon, los salarios han tenido un crecimiento mucho más modesto. El salario promedio mensual pasó de 4,240 pesos en 2019 a 6,150 pesos en 2024, un aumento del 45 por ciento. Esta disparidad se traduce en un panorama desalentador para los compradores potenciales:
En 2019, se necesitaban aproximadamente 21 años de salario promedio (sin gastar en nada más) para comprar una casa al precio promedio y en Para este año esa cifra ha aumentado a casi 23.5 años de salario.
De 2019 a 2024 el precio de la vivienda tuvo un incremento de 61 por ciento, además que la apreciación inmobiliaria en México ha experimentado cambios en materia geográfica.
En 2019, las grandes urbes como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara lideraban el incremento en los precios de la vivienda. Sin embargo, al cierre del sexenio, el mapa se ha transformado drásticamente.
Ahora, son los destinos turísticos y las ciudades medianas los que encabezan la lista de mayor apreciación. Quintana Roo, hogar lidera con un aumento del 11 por ciento en los precios de la vivienda. Le siguen Nayarit, con sus playas en la Riviera Nayarit, y Baja California Sur, donde Los Cabos continúa atrayendo inversiones inmobiliaria.
Acepta Coparmex Ley Silla
TOME NOTA *** La Confederación Patronal de la República Mexicana se mostró de acuerdo con la denominada Ley Silla que busca garantizar el derecho al descanso de los trabajadores y a mejores condiciones en el lugar de empleo, pero demandó a la Secretaría del Trabajo, lineamientos claros para su aplicación sin afectar la productividad de las empresas.
Se darán 180 días para la adaptación de las empresas, lo cual permitirá evaluar las necesidades específicas de cada centro de trabajo.
La llamada Ley Silla aprobada por la Cámara de Diputados establece la obligación de los patrones a proveer el número suficiente de asientos o sillas con respaldo a disposición de todas las personas trabajadoras en los sectores de servicios, comercio y centros de trabajo análogos, para la ejecución de sus funciones o para el descanso periódico durante la jornada laboral.
En muchos trabajos, los empleados son obligados a permanecer de pie durante mucho tiempo, en jornadas excesivas de trabajo, a veces mayores a las 48 horas a la semana.