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¡¡¡PLOP!!!
El caso de los niños que viven en cárceles con sus madres, también purgan un castigo injusto al ser hijos de personas que por algún motivo violentaron la ley. Pero también se debe ser muy cuidadoso, porque desgraciadamente a nuestras instituciones no les interesa protegerlos, de ahí que parezca cruel, pero la realidad nos indica que es la mejor opción que tienen esos pequeños.
En los penales de Michoacán hay 14 niños de cero a cuatro años que viven recluidos junto con sus madres, les llaman “niños invisibles”, de los que no tiene registro ni el Sistema DIF ni la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), informó la diputada panista Andrea Villanueva Cano.
Los niños están distribuidos en los ceresos de los diferentes municipios del estado como Uruapan, Zamora, Maravatio, Zitácuaro y Morelia, en este último, el penal David Franco Rodríguez, conocido como Mil Cumbres hay nueve, donde se bien cuentan con área de juegos y espacio suficiente, falta un psicólogo y otras atenciones, pero el principal obstáculo “es que están recluidos y nunca han salido a la calle”, subrayó la legisladora.
En otros penales como el de Zamora se carece de todo, y si bien es cierto que allí habita solo una niña, tiene que dormir en cama de cemento, con su madre y otras seis reclusas en la misma celda. “Se comprobó que en muchos de estos ceresos carecen desde el registro y el derecho de un nombre, la poca atención médica, la falta de espacio para dormir de la madre y el pequeño, hasta una alimentación o poco adecuada o nula” apuntó la diputada.
Hay buen propósito en la iniciativa de ley que presentará la diputada panista, pero desgraciadamente la realidad y el gobierno echan muchas veces para atrás toda buena intención. La ley permite que los niños estén dentro de los penales con sus madres desde que nacen hasta que cumplen cuatro años. Es obvio que una madre por mala que parezca no quiere separarse de sus hijos porque afuera del penal podrían encontrar el verdadero infierno.
Creo que debería ser hasta los seis años de edad cuando la ley permita a las madres reclusas estar con sus hijos, incluso se pudieran estar más tiempo sería mejor. Pero en condiciones dignas. Todo lo demás que se quiera hacer por mejorar sus condiciones de vida es bienvenido, pero el aspecto humano y familiar no se debe perder de vista.