
¿De qué nos sirven 251?
Noroña todo un fifí
Un país que se está acostumbrando a las mentiras está condenado a quedar en manos del más fuerte, y aún más, cuando las pequeñeces son vistas como grandes logros está sentenciado al rotundo fracaso.
Por mucho tiempo nos hicieron creer que con muy poco seríamos felices, pero fallaron: el AIFA fue anunciado y hasta supuestamente premiado como uno de los mejores del mundo; la refinería Dos Bocas, el Tren Maya que no termina por recorrer sus vías, entre otras pequeñeces como las dádivas con las que al pueblo bueno y sabio le hicieron sentir que todo está bien.
En el mundo de mentiras llamado Cuarta Transformación, en los últimos días el presidente de la mesa directiva de Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, juró y perjuró que no había viajado en un asiento de clases business a Francia, se atrevió hasta poner en juego su puesto político si alguien se lo demostraba.
Y de pronto, “la verdad los hará libre”, como a todo buen mentiroso no le quedó más que reconocer lo ya señalado y buscando taparle a su mentirá presentó un cheque con el monto de 36 mil 480 pesos para cubrir el costo de su vuelo redondo que le dio el Senado, señalando que él había puesto de su bolsa, porque para eso trabaja duro, lo restante para viajar de lujo.
Y no, no es malo viajar en primera clase, tampoco vestir bien, ni traer un buen auto, lo malo es mentir y hacer creer al pueblo sabio y bueno que se puede vivir bien en austeridad republicana.
Y es que, queda claro que por más que quieran hacerles entender a los jóvenes que vivir con lo que les da el Gobierno está bien, la realidad es que vivimos en un país de aspiracioncitas, pero con pocas oportunidades.
Hoy los jóvenes quieren más y más, ganar bien, comerse el mundo, por lo que al no encontrar oportunidades generadas por nuestro Gobierno se van con el mejor postor.
Dile a uno en su juventud, que no estudia ni trabaja, que le van a pagar mil quinientos por quincena con un horario de 8 de la mañana a 6 de la tarde con una hora de comida. O que su trabajo será todo el día bajo los abrazantes rayos del sol con un sueldo de 2 mil semanales… claro que su respuesta va a ser tajante: “no”.
Los mexicanos quieren oportunidades, no se conforman con dádivas, y malamente son ellos quienes levantan la mano para ser reclutados por el crimen organizado, pues ven ofertas salariales de hasta 8 mil pesos semanales o por muy bajito 5 mil. Con esos sueldos hasta un profesionista se la piensa.
Y es que estamos mal desde la raíz, vivimos en un país donde las oportunidades son contadas y donde quienes tienen una carrera terminaron manejando un Uber y donde los políticos al mando nos quieren hacer creer que el no tener aspiraciones está bien.
Eso lo dejó en claro Noroña, pues en el mundo que ofrecen a los mexicanos está mal viajar en primera clase, no puede haber Gobierno rico con pueblo pobre.
Mejor que tal si trabajar para tener gobierno rico y pueblo rico, generar oportunidades, dejar de castigar a las empresas y sumar mejoras en la educación, pues quien sabe que puede ganar bien en una empresa, difícilmente buscará afiliarse a las filas del crimen organizado.
Noroña, ya no mientas, te gustan las fachas, pero también te gusta lo fino, y no, de verdad no está mal ser fifí.