
Libros de ayer y hoy
No hay decepción más grande que sentir la traición de alguien, pero más cuando ese alguien te hace sentir bien, te hace creer que todo es posible y que juntos van a encontrar la solución a muchos problemas de la vida, cuando ese alguien primero te eleva hasta lo más alto diciéndote que será fiel y que defenderá a capa y espada sus convicciones y de pronto, pum, todo se derrumba.
No estamos hablando de parejas, padres, hijos, amigos o hermanos.
Aunque esas decepciones y formas de ser son muy típicas de los políticos, en ocasiones hay quienes aún hacen creer que todo puede ser diferente.
Hoy la decepción más grande en la política jalisciense tiene nombre, apellido y partido, se trata de Pedro Kumamoto y Futuro.
Aquél que un día llegó con la buena nueva de que todo podía ser diferente en la política. Aquél que se animó a ir por la vía independiente y conquistar a los electores, creó una nueva esperanza para quienes ya no tenían fe en los partidos políticos, contagió a miles de jóvenes de sus ideales.
Después con la euforia de haber demostrado que sí se puede, logró la construcción de un partido político joven, con sangre nueva, lejos de la política vieja, de los malos políticos, de aquellos que han traicionado al país. Esos miles de ilusionados con sus ideales dijeron que estaba chido.
Pero hoy, ese político diferente, ese que cambió las elecciones, decidió ir por la fácil, ir por encima de los que creyeron en él, ir contra todos sus ideales, pero lo aún más lamentable es que fue contra él mismo. Se traicionó.
Pedro Kumamoto tomó la decisión de hacer una mega alianza con Morena, PT, Verde y Hagamos. Hoy va con esos partidos a los que siempre señaló porque le hacían un mal a México. Va con los que decía estar harto, con la misma porquería de política de siempre.
Hoy Kumamoto se ha traicionado así mismo, pues en su búsqueda de poder perdió el rumbo y lo más seguro es que se tope con pared, pues solo basta con recordarle la arrastrada en la que Juan José Frangie le puso una arrastrada a Alberto Uribe.
Solo basta con recordarle que la política es sucia y hay mucho traicionero, y no dudo que solo le ajuste para una regiduría, una regiduría que pudo obtenerla por sí mismo sin necesidad de traicionarse.
Repito, y pregúntale a Alberto Uribe, muchos van a darle la espalda, muchos ya se la dieron y no están de acuerdo con que él sea candidato, esos mismo van a jugar en su contra.
Más vale sólo que mal acompañado, pero perece ser que eso él no lo entendió o sí lo entendió, pero pudo más sus ganas de tener poder que se olvidó en lo que creía.