A decir verdad
La oportunidad presidencial perdida de Ricardo Anaya
No explotó ni antipriísmo ni antipeñismo ni a PRD y MC
Por fin el PRI atiende a la militancia y aceita estructura
Cuando se negociaba la alianza, me dijo Jesús Ortega:
-Vas a ver que la pelea por la Presidencia va a ser entre Andrés y el frente, no entre Andrés y el PRI.
Octubre de 2017.
Contra sus pronósticos, había escepticismo en muchos, pero también elementos positivos:
A juicio suyo, el desprestigio del PRI, multiplicado por la administración actual, hacía inviable la victoria de cualquier abanderado.
Además, el gobierno de Enrique Peña Nieto no abrió el juego para permitir la libre participación de aspirantes de candidatos priístas, aunque algunos pidieran una interna:
Miguel Angel Osorio Chong, José Narro, Enrique de la Madrid, José Calzada…
El mazazo a la militancia llegó con una Asamblea Nacional dirigida: se quitaron los requisitos -candados en el argot estatutario- para postular a José Antonio Meade.
La oposición auguraba la debacle tricolor, pero…
DIVIDE (CORRELIGIONARIOS) Y PERDERÁS
El panista Ricardo Anaya se impuso a todos.
Construyó su postulación contra resistencias internas -Margarita Zavala y los calderonista son apenas una muestra- y marginó a quien osara competirle
En la hoja de ruta de la alianza Por México al Frente, tenían todo a favor:
Un PRI desvencijado, sin conducción política e ideológica, sin la estructura electoral de antaño, con la militancia desanimada por ver propios ni en la dirección nacional ni en la candidatura.
Un antipriísmo y antipeñismo -“más de 70 por ciento de los mexicanos rechaza al PRI y pide que se vaya”, repite- a cuyo desprestigio ha empeñado Anaya gran parte de su estrategia.
Un antilópezobradorismo vigente -“más de 65 por ciento está en contra suya”- desde hace varios lustros.
Y la suma de tres partidos aparentemente competitivos: PAN, PRD y MC.
Pero ni así Anaya y el frente están cerca de Andrés Manuel López en las encuestas.
Y como sus tendencias van a la baja en los estudios más creíbles, hoy parece una oportunidad perdida por ambos, consecuencia de demoler a los correligionarios para imponerse.
No era el panorama original de Los Chuchos, Alejandra Barrales y Anaya.
Pero con perdón de Julio César, Anaya aplicó mal la consigna divide y vencerás porque agravió a muchos de sus antiguos compañeros.
Hoy puede parodiar: divide (a los tuyos) y perderás.
POR FIN EL PRI ATENDE A SU ESTRUCTURA
1.- El priismo muestra nuevo ánimo.
Ya se organizan las estructuras, ya llegan los recursos, ya están en suma la militancia y los operadores…
Es el peso de la nueva dirigencia.
Vaya un dato: en casi dos años -20 meses-, Enrique Ochoa no visitó todos los estados y su sucesor, René Juárez de Cisneros, acudió a todos los comités directivos en menos de 20 días.
Además, designó cinco presidentes porque había comités directivos estatales acéfalos, nombró delegados en una docena de entidades donde no existían o eran simbólicos.
Quién sabe si les alcance, pero hay otro priísmo.
Y 2.- no hay condiciones para aprobar nuevas leyes, ni reformas ni designaciones.
Ante este panorama, ayer el guía político del Senado, Emilio Gamboa -Ana Lilia Herrera es presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo)-, destacó el trabajo de consenso como vía para sacar acuerdos y un nuevo entramado jurídico para el país.