
Genio y figura
Salen alegres, llenos de esperanza; recorren miles de caminos. El sueño se hará realidad. Sus pies lacerados. Sus pieles ardientes de tanto sol.
Llegan. La frontera. El río Suchiate. La Guardia Nacional Mexicana. Algunos se atreven a entrar. Pueden filtrarse, no son detenidos. Otros, con familias y niños son golpeados. Gases lacrimógenos. Toletazos. Llanto y desesperación. Traumas físicos y psicológicos quedarán en las mentes infantes que les entorpecerán la vida, que les dificultarán la felicidad.
La “caravana hondureña”, alentada por vivales y estafadores. Esa turba de gente, sale de su país en busca del llamado “sueño americano” para alcanzar la felicidad. Y ¿qué es esta última? Pues, la suma de todos los bienes tanto materiales como espirituales. Mismos que, nadie en esta vida, es capaz de lograr.
Sus países de origen se desmoronan en la pobreza. Las bandas delincuenciales asolan a la población. “Hay que buscar una mejor vida, una esperanza”. Y este anhelo los engaña, los hace presa de vivales que los explotan, que les quitan lo poco que tienen para llevarlos dizque al sueño americano. O quienes buscan crear caos para medrar con la pacificación del país, posteriormente.
Sueño Americano. Esa utopía alimentada por las películas de Hollywood, donde la vida está llena de alegría, de juventud, de riquezas, de aventuras.
Todos, de alguna manera, tenemos grabado la fiesta, la música, la pasión de esas historias “joligudezcas” que nos hicieron soñar, reír. Creemos que así será la vida en el otro lado. Pero, para un mexicano, un centro americano, a quien el mestizaje, no le alcanzó mucho para tener una nívea imagen, tendrá un futuro difícil.
Si de alguna manera, siendo de tez más o menos clara y, pasar por europeo, cuando se enteran que eres mexicano, te miran con desconfianza y se apartan de ti. Por eso, para “los latinos”, como nos llaman, la vida no es fácil en el otro lado, sin embargo, hay que decirlo, es más fácil que en nuestros países de origen.
Esposa: Y ¿ahora de qué escribiste?
Esposo: Del sueño americano.
Esposa: Por cierto, ¿cuándo me llevas a conocer Estados Unidos?
Esposo: Te voy a llevar a Houston cuando nazca nuestro nieto.
Esposa: ¡No, pues, ya estuvo!