
Libros de ayer y hoy
Los partidos han resuelto, como método para seleccionar candidatos, recurrir a las encuestas, mismas que no son el medio confiable para resolver una decisión tan importante, aunque se instrumentaran con rigor. Si así fuera, no habría elecciones. Es mucho más económico y sencillo una o varias encuestas que toda la parafernalia y ritual que acompaña a los procesos electorales. La realidad es que las encuestas en los partidos se han vuelto coartadas para no democratizar la selección de sus candidatos.
Todavía es peor cuando los partidos las utilizan en total opacidad, incluso ante los mismos contendientes, los más interesados en conocer el método y su correcta aplicación. En casi todos los partidos se ha usado y abusado de las mismas, en ninguno más que en Morena, que ha vuelto estatutariamente obligado su uso. En el encuentro del domingo en Toluca quedó claro que serán dos por las que se seleccionará a su candidato presidencial. El mismo método será utilizado el próximo año para definir sus candidatos a gobernador para el Estado de México y Coahuila.
La encuesta favorece al más conocido, no necesariamente al más competitivo. Así, en Estado de México es evidente que la Secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez lleva ventaja por ser excandidata hace cinco años, súper delegada y ahora Secretaria de Educación. En Coahuila, en estos momentos el preferido en Coahuila sería Armando Guadiana Tijerina, también excandidato, Senador y excandidato a presidente municipal por Saltillo. Ricardo Mejía, Subsecretario de Seguridad Pública, podría alcanzarle si se le deja en libertad de realizar proselitismo.
La nota completa en Quadratín Yucatán