Libros de ayer y hoy
A muchas personas les gusta nadar contra corriente. Es más difícil, pero el reto les parece motivante. Otros prefieren irse según la corriente. “¿A dónde vas Vicente? Adonde vaya la gente”. Ni lo uno ni lo otro está bien. Lo que debe de hacerse en cualquier circunstancia, es el uso de la prudencia. Esta, olvidada virtud, nos mueve a pensar y sopesar nuestros actos o palabras, para actuar o no y, en qué momento y circunstancia.
Cabe señalar que este buen hábito de la prudencia no está solo olvidado en algunos sectores del acontecer mundial, sino que, en otros, es atacado. En el ámbito publicitario recordamos bien la frase “Obedece a tus instintos”.
Si nos fijamos, se nos propone, al final de cuentas, dejar de usar nuestra inteligencia, en aras, del nihilismo, de la nada.
Pero, ¿a qué viene al caso esto de la prudencia? Bueno, es que lo prudente, en este tema que preocupa al mundo entero, el Covid 19, es actuar en consecuencia y, tomar las medidas necesarias para evitar su contagio, pero también, no caer en pánico o psicosis por la amenaza.
En el caso de nuestro país, se ha tomado un tanto, a la ligera y de manera despreocupada por varios sectores sociales. Y ¿por qué? Pues en buena medida es por los mensajes que se mandan desde la cúpula presidencial. Si nuestro presidente subestima el problema los demás sectores lo harán también.
Pero, aquí cabe preguntarnos, ¿a qué le tira López Obrador al ser renuente a suspender actividades y reconocer la pandemia? Le tira a la grandeza, a la aceptación de las masas. Ya que, por las condiciones climáticas de nuestro país, un virus que afecta las vías respiratorias no va a pegar tanto. Es más letal en lugares donde hace frío, como cuando se dio la parte crítica en Europa.
Ahora, ya estamos en primavera. En muchas zonas de México, ya hacía calor desde antes, como en la zona centro occidente. El virus, en consecuencia, no va a hacer mucho daño. Así que, cuando la situación esté controlada, y haya disminuido la psicosis, el presidente va a quedar bien. Pues, “Tenía razón. No era para tanto. Quisieron desbancarlo los conservadores, etc”.
Y va a poder decirles a sus adversarios, como otro slogan de la publicidad “Se los dije”.