¡¡¡Plop!!!
¿Qué tanto le gustaría despertar y que, en los noticiarios matutinos, informaran el fin de la violencia? Que nos enteráramos que los muertos en un mes son unos cuantos, que ya podemos salir a la calle sin miedo; que nuestros hijos pueden jugar con otros niños en el parque y que, no tenemos que estar mortificados, si les pasará algo. ¿Verdad que le gustaría?
¡Qué tranquilidad! Y bueno, ¿por qué no pueden nuestras autoridades brindarnos más seguridad? ¿Acaso les tienen miedo a los delincuentes? O, ¿quizá ellos mismos son malhechores y pretender terminar con la delincuencia sería auto perseguirse? O, ¿de plano no pueden?
Llama la atención como es vilipendiado en la historia nacional oficial el presidente que logró pacificar a casi todo el país. Sí, ya lo sabe, estimado lector, nos referimos a Porfirio Díaz. Sea verdad o no, que en un telegrama enviado a Mier y Terán, entonces gobernador de Veracruz, decía (como castigo a unos rebeldes amotinados en un navío de la nación) el famoso, “mátalos en caliente”.
Cierto o falso, lo que es verdad, es que con mano dura logró pacificar el país. Recuerdo a mi abuela decir: antes de Porfirio los caminos eran muy inseguros, pero él castigó a los rateros y ya podías pasar con tu diligencia sin miedo”.
Ahora, no hay mano dura, hay mano blanda. Amnistía, como si con eso fuera a mejorar la situación. Simplemente se requiere aplicar la ley a quien ha cometido un delito. No perdonársela pues así, todos van a sentirse merecedores de la disculpa y el problema continuará.
Y como decía un texto que anda circulando en redes sociales, palabras más, palabras menos, “más que la economía u otras cosas, queremos seguridad, tranquilidad y paz”. O, ¿no se puede?