
Libros de ayer y hoy
Amar o ser amado
¿A quién no le gusta que lo traten bien? ¿Que si llega a un lugar lo reciban bien? ¿Que lo reconocieran, do quiera que vaya? ¡Excelente! ¿No cree?
Lo anterior viene al caso, pues está relacionado con el deseo de ser queridos. Todos deseamos ser amados. Está dentro de nuestra naturaleza. También, por consiguiente, dentro de nosotros se encuentra el deseo de amar. Esa tendencia a expresar nuestro amor.
Pero, cabe preguntarse, ¿qué tal si no nos aman y, nosotros, sí amamos mucho?
Por ejemplo, en un matrimonio, ¿qué pasa si uno de los cónyuges ama mucho a uno y, el otro, no le corresponde? ¡Ah, pues que se busque un nuevo amor! Parece fácil, pero no es así. Máxime si ya hay hijos, más las circunstancias legales y religiosas.Aquí es mejor preguntarse, ¿Qué es mejor? ¿Amar o ser amado? Ser amado, parece ser la respuesta más obvia, pero no. No es así.
¡Es mejor amar que ser amado! Así es.En primer lugar, amar es tomar una actitud activa, lo que nos permite tener control. Segundo, esperar a ser amado nos posiciona como seres pasivos. Esto nos hace estar a merced de otros. ¿Qué tal si el otro o la otra no me ama? ¿Valgo menos como ser humano? Pues no.
Tercero, entre más amemos somos más parecidos a Dios. ¿Como? ¡Sos un blasfemo! No, por que “Deus Cáritas est!” Dios es amor. Así que, entre más amemos, más parecidos. Claro, estamos hablando del amor, no de la caricatura de amor que nos venden a diario, como puede ser el libertinaje sexual.
Cuarto, amar es un síntoma de madurez. El esperar ser amado es ser como un bebito.
Quinto, el amar, nos da libertad. Podemos elegir a quien amar. Si amamos a todo el mundo, pues, más somos. Si esperamos a que nos amen, más vale sentarnos a esperar.
– ¿De qué escribiste hoy? — De que es mejor amar que ser amado. — ¡Ves y ni siquiera así me amas! ¡Bien me lo decía mi Madre, ese hombre no te ama!¡¡¡PLOP!!!