
Libros de ayer y hoy
COSTUMBRES
¿Qué acostumbra? ¿Cuáles son sus hábitos? ¿Se despierta temprano, se alimenta bien? ¿Dice siempre la verdad o muchas mentiritas piadosas? ¿Cómo tiene sus pertenencias, ordenadas o en completo desastre? ¿Saluda a los demás, es amable con otros o es grosero?
Estas preguntas que parecen tan banales, resulta que, detrás de ellas, hay algo muy importante. Estas cuestiones nos hacen reflexionar sobre nuestros hábitos. El ser humano, además de ser un animal racional, es un ser de hábitos, costumbres.
Podemos decir que, nuestra primera naturaleza es ser animales racionales. – ¿Animal? ¡Eso lo será usted! – Expliquemos. Somos animales, porque tenemos ánima o alma. Esta nos mantiene vivos. Y somos racionales porque pensamos, discernimos, analizamos.
Nuestra segunda naturaleza, han dicho muchos pensadores, la constituyen nuestros hábitos o costumbres. Si alguien tiene el hábito de responder con agresividad o con malas palabras, tiene el hábito o costumbre de ser grosero. Así, entonces, calificamos, – fulanito de tal, es un pedante, majadero. – Cabe señalar que sobre entendemos que es un animal racional y sólo describimos a alguien por sus hábitos.
O si alguien suele responder cortésmente, saluda o es atento, decimos que -perengano o mangana es una persona amable. –
Y así, podemos hacer una gran lista de nuestras costumbres o hábitos. Dentro de los hábitos positivos o virtudes, hay muchísimos: prudencia, justicia, fortaleza, sabiduría, arte, ciencia, veracidad, etc. En los hábitos malos o vicios (que nos dañan o dañan a otros), está la violencia, la mentira, la deshonestidad, el alcoholismo, la drogadicción, etc.
¿Y cuál es la importancia de tener hábitos buenos o malos? – ¿Total, (dirán muchos), yo soy así y si me quieren me aguantan! – Pues, hay que señalar que, de los buenos o malos hábitos depende nuestra felicidad.
– ¿De qué escribiste hoy? –
– De que es conveniente tener buenas costumbres.-
– ¡Pues, a ver si te acostumbras a dejarme para el chivo!-
– ¡¡¡PLOP!!!
El autor es director del departamento de filosofía de la UAG.