
Libros de ayer y hoy
¿Cerebro y conciencia?
Hace unos días apareció una noticia de que científicos han hallado el lugar “dónde se ubica la conciencia”, concluyendo que ésta, reside en el campo magnético del cerebro.
“Transcribimos la nota de RT. “La conciencia humana, en tanto el producto más complejo de la actividad nerviosa del organismo, no se encontraría en nuestro cerebro, sino más bien en el campo electromagnético de este órgano. Sugiere un estudio publicado el pasado septiembre en la revista Neuroscience of Consciousness.
Según los investigadores, dirigidos por el profesor Johnjoe McFadden, la conciencia consiste en la energía electromagnética que surge como resultado de las señales eléctricas que comparten las neuronas.
Esta energía, que puede ser detectada mediante electroencefalograma y magneto encefalografía, podría ser el verdadero núcleo de la conciencia, donde se ubican nuestros pensamientos y procesos mentales”.
¡Qué bueno que la ciencia siga indagando! Creemos que es un avance de ésta, pues, desde hace casi cien años la ciencia, le atribuye todo proceso mental al cerebro mismo.
Aunque no dejamos de aplaudir estos “descubrimientos” que nos parecen muy plausibles, debemos recordar, que la filosofía realista y otras corrientes filosóficas, le han atribuido el pensamiento y la conciencia, a algo que va más allá del cerebro. ¡Así es, ya lo intuyó estimado lector, al alma misma!
Es nuestra alma o espíritu quien tiene la conciencia. El cerebro, que es un poderosísimo sistema, no es mas que un órgano, del cual se sirve nuestro espíritu mientras está unido al cuerpo, para conocer. No olvidemos que como lo propone Aristóteles, somos hilemórficos, compuestos de materia y forma, de cuerpo y entelequia (alma).
Así también, nuestro cerebro, no capta por sí mismo, se sirve de los sentidos, oído, vista, olfato, gusto, tacto, para percibir el mundo exterior. Pero, tampoco los sentidos “conocen” por sí mismos, sino que, necesitan de los estímulos externos como la luz, el sonido, las texturas, los olores y sabores para sentir el mundo externo.
No olvidemos que los seres humanos pensamos en base a conceptos. La mayoría de estos se refieren a cosas que ni si quiera existen en el mundo físico. Son inmateriales, por tanto, vienen de algo inmaterial, que es nuestro espíritu.
Así es que, no es que estemos soslayando los descubrimientos científicos. Es más, que sigan estos, pues, con sus descubrimientos, hoy en día, nos devuelven “la conciencia” de que la filosofía realista, no se había equivocado.
– ¿De qué escribiste hoy? –
– De que la conciencia no reside en el cerebro, sino, en algo más. –
– ¡Pues, donde resida! ¡A ver si ya tienes conciencia de que no me alcanza lo que me das para el gasto! –
¡¡¡¡PLOP!!!!