¡¡¡PLOP!!!!
¿Sin grito?
Un quince de septiembre triste. Sin ganas de celebrar nada. ¿qué habría por festejar de este México de los dos últimos años?
¿Habría que celebrar las casi 72 mil muertes por la pandemia? Claro, es un factor externo que influyó. Pero, sin el mal manejo que se dio de la pandemia, más de la tercera parte de las defunciones se hubieran evitado.
¿Qué más habría que celebrar? Acaso, ¿los altos índices de violencia? Según Animal Político “En los primeros seis meses de este año fueron asesinadas 17 mil 982 personas en México. Se trata, en promedio, de casi 100 asesinatos de forma premeditada todos los días en 2020, la mayoría de ellas con armas de fuego. Es un nivel de violencia inédito para un primer semestre en el país”. ¿Habría acaso alborozarse porque no fueran más los difuntitos?
¡No! ¡No hallaba qué festejar! ¿Habría que celebrar que (según nota de Forbes) “la economía mexicana caerá más de 7% en 2020, así lo prevén analistas en sondeo de Banxico”. ¿Habría que salir a replicar campanas porque ha habido más de un millón de empleos formales perdidos en lo que va del año? ¿Eso habría qué aplaudir?
No, había muchas ganas de fiesta. Me dije que esta vez no iba a ver la ceremonia del grito de “La Independencia de México”. Sin embargo, la mexicanidad, quiera uno o, no, aflora este día. Como que las ganas de celebrar a La Patria brotan a pesar de los pesares. Aún así, un tanto deprimido compré unos tamales. “Al menos cenar algo típico mexicano”.
Llegué a la casa. A la familia le gustó la idea de los tamales y el champurrado. Pero, seguí sin las ganas de oír el grito. Mi mujer puso la transmisión de la celebración que hizo el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro. Y pese a tener como que, cierta precaución por la clase política me gustó la ceremonia.
No suelo estar de acuerdo con varios personajes que se mencionan en los vivas, pero, ahora no los vamos a cuestionar. Sí me gustaron mucho las loas al personal de salud que ha arriesgado su vida para que esta pandemia no cause más muertos.
Y al final el canto del Himno Nacional Mexicano me emocionó y se disipó la tristeza que me embargaba de no celebrar el inicio de la Independencia Nacional.
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Esposa: -Y de qué escribiste hoy? –
Esposo: -Sobre que ayer no quería saber del grito -.
Esposa: Ah, por cierto, hoy llega mi mamá. –
Esposo; -¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!!-.
¡¡¡¡PLOP!!!!
Salvador Echeagaray, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). [email protected]