Visión Financiera
LA IDEA
Viene la idea.
La captas.
Viene pululando por el aire.
Aspecto humeante, un éter blanquecino,
semi húmedo, inmaterial.
Viene la idea.
Llega, se encarna.
Alma y cerebro;
la mente, la procesa.
Se es parte.
Se es la idea;
la idea que se enseñorea a sí misma,
que vuela y se desprende a lo inmenso del espacio.
No hay vacío, no hay límites.
La eternidad es su esencia.
En este mundo casi todo se mueve por ideas. Sí, es así como pensamos. Tenemos la idea, el concepto de algo. Nuestra mente, luego, empieza a relacionar conceptos. A este enlace se le llama juicios. Después, relacionamos estos juicios y empezamos a razonar, a deducir, a encontrar las verdades que permanecen veladas en las cosas.
Indagamos, observamos la esencia. Vemos cómo se repiten los momentos de los entes; la reiteración de los actos, de los sucesos. Luego, inducimos, formulamos leyes universales que, después, volvemos razonar para seguir deduciendo.
Así funcionamos los seres humanos, por ideas. No es sino Platón, el famoso filósofo griego de la antigüedad que le confirió a la idea una entidad en sí misma. Para el gran pensador, el mundo de las ideas, es superior a éste donde nos desenvolvemos. Nuestras almas eternas han vivido en el mundo de las ideas, contemplándolo todo, sabiéndolo todo.
Como castigo de un pecado, nuestras almas son condenadas a vivir en un cuerpo. Al entrar a éste, sufre el espíritu tal conmoción que se olvida de lo aprendido en el Topus Uranus. Por ello, para el filósofo idealista, el aprendizaje humano es recuerdo. Sí, recuerdo de lo contemplado, de lo visto, de lo asimilado, como en un “Paraíso Terrenal”, vivíamos en el mundo de las ideas.
No es sino, para el discípulo del gran Platón, el también grande, (sino, más bien, inmenso) Aristóteles, quien dijo que, “era amigo de Platón pero, más amigo de la verdad”. El de estagira desmiente a su maestro. – No. Las ideas no viven en un mundo supra terreno, las ideas las hacemos por abstracción (abs, hacia; traere, traer). Traemos hacia nosotros las esencias de las cosas y hacemos la idea o concepto.-
Nuestra alma, para El Filósofo, no contempló nada en otro mundo, viene como tabla rasa, donde se va a escribir lo aprendido.
Santo Tomás de Aquino, más de mil años después, constató lo dicho por Aristóteles. Sin embargo, antes, por el siglo octavo de nuestra era, San Agustín había dado casi la razón al filósofo idealista (Platón), “las ideas no viven precisamente en un mundo supra terreno, las ideas viven en la mente de Dios”.
Esposa: – Y ¿sobre qué escribiste hoy? –
Esposo: -Hice una disertación metafísica sobre las ideas -.
Esposa: – ¡¡¡Ideas deberías de tener para ganar más dinero, mira cómo vivimos!!! -.
¡¡¡PLOP!!!
Salvador Echeagaray, director del Departamento Académico de Filosofía de la UAG.