
Visión Financiera
Pandemia, aislamiento y ausencia de niñez
– ¡Papá, ya no quiero regresar a la escuela! -.
– ¿No quieres jugar con tus amiguitos y convivir con ellos?
– ¡No! ¡Yo solo quiero tomar clases en línea!
¡Eso es lo que no entiendo, no acepto o, no quiero entender! ¡¿Cuánto mal ha causado esta pandemia a muchos niños?! El Covid-19 no los iba a afectar tanto fisiológicamente pero, ¿qué tal psicológicamente?
Hay muchos niños que tienen miedo de salir de sus hogares. Sobre todo aquellos que viven en departamentos, o en casas que dan al ras de la calle, colonias de clase media generalmente. Los ricos, pues, de alguna manera, tienen amenidades dentro de su casa: alberca, amplios jardines, canchas de tenis. Los no tanto, viven en sus cotos privados con amenidades comunes.
Los pobres ni les interesa. Los que viven en las periferias ni ellos ni sus padres usa cubrebocas. Si alguien lo llegara a traer sería solo de gargantilla, pues, lo portan solo para retener a la papada.
Pero, las clases medias llevan también, no solo los problemas de pagar impuestos y sostener al país, sino de pagar las consecuencias más fuertes en cuestiones económicas, sociales y psicológicas.
¿Qué tanto afecta en la psicología de un niño el aislamiento provocado por esta pandemia del Covid 19?
1. Sensación de inseguridad.
El niño se siento con miedo a salir de su casa. No sabe bien a bien qué es un virus. En su imaginación lo concebirá quizá como un monstruo que lo devorará o algo invisible que lo succionará hasta desaparecerlo para siempre.
2. Insociabilidad.
El niño que deja de convivir con otras personas, poco a poco se va ensimismando más, alcanzando niveles artificiales de autismo.
3. Adicción a video juegos y adicción televisiva.
Al no salir a jugar con otros niños el infante pasa más tiempo frente a la caja idiotizante, siendo presa de programas de todo tipo que en vez de educarlo lo pueden afectar más.
4. Sedentarismo.
El niño que no sale a jugar poco a poco se vuelve sedentario al grado de la quasi atrofia muscular. Además, que tiene poca condición física.
5. Enfermedades crónico degenerativas.
Como consecuencia del sedentarismo, a su corta edad, puede desarrollar diabetes, hipertensión y obesidad.
6. Desconexión de la realidad.
Al no salir, al no hacer vida normal, su realidad es virtual, solo imágenes inconexas entre programas de tv, video juegos y solo clases en línea.
7. Depresión.
En la naturaleza del niño está jugar con otros infantes, correr, saltar, subirse a los árboles, explorar la naturaleza, ver los pájaros, etc, etc. El niño que no hace esto, tiende a la depresión.
Por lo tanto, resulta imperativo regresar pronto a la normalidad. El médico e investigador de la UNAM, Francisco Moreno, dice que si todos usáramos cubre bocas, en seis semanas domamos la pandemia.
Pero, no todos quieren entender. Son necios, son criminales del contagio.
Unámonos y usemos los protocolos de sanidad, son fáciles y no son costosos. Hagámoslo no solo por nuestro presente, sino, por el futuro de esos niños que se están quedando sin lo más preciado de la vida, la niñez.
– ¡Oiga maistro! ¿Por qué no usa cubrebocas? –
– Porque no existe eso del virus -.
– ¡¡Claro que existe, póngaselo, NO SEA IRRESPONSABLE!!! –
– A ver, ¿Por qué no le dice lo mismo al presidente? –
¡¡¡PLOP!!!
Salvador Echeagaray, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). [email protected]