¡¡¡Plop!!!
Año nuevo y filosofía del Aquinate
Recibir un nuevo año de vida es una oportunidad para reflexionar sobre nuestro propósito y crecimiento personal. Desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino, uno de los filósofos y teólogos más influyentes de la Cristiandad, esta reflexión adquiere un sentido profundo.
Leamos algunas reflexiones:
1. La Vida como Don Divino
Para Santo Tomás de Aquino, conocido también como el «aquinate» la vida es un don divino, un regalo de Dios que debemos valorar y cuidar. Cada año nuevo es una oportunidad para agradecer este don y renovar nuestro compromiso con una vida virtuosa. Según Aquino, la gratitud es una virtud fundamental que nos conecta con nuestro Creador y nos recuerda la importancia de vivir de acuerdo con Su voluntad.
2. La Búsqueda de la Felicidad
Aquino sostiene que el fin último del ser humano es la felicidad, que se alcanza a través de la unión con Dios. Recibir un nuevo año de vida nos invita a evaluar si nuestras acciones y decisiones nos están acercando a este fin último. Es un momento para ajustar nuestro rumbo y buscar la verdadera felicidad, no en placeres efímeros, sino en una vida de virtud y contemplación.
3. La Virtud y el Crecimiento Personal
La filosofía de Aquino enfatiza la importancia de las virtudes como el camino hacia una vida plena. Cada año nuevo es una oportunidad para cultivar virtudes como la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Estas virtudes nos ayudan a enfrentar los desafíos de la vida con sabiduría y equilibrio, y a crecer como personas.
4. La Reflexión y el Arrepentimiento
El inicio de un nuevo año también es un momento propicio para la reflexión y el arrepentimiento. Santo Tomás de Aquino nos recuerda la importancia de examinar nuestra conciencia y reconocer nuestras faltas. Este proceso de introspección y arrepentimiento nos permite purificar nuestro espíritu y comenzar el nuevo año con un corazón renovado y dispuesto a mejorar.
5. La Esperanza y la Fe
Finalmente, recibir un nuevo año de vida es un acto de esperanza y fe. Aquino nos enseña que la esperanza es una virtud teologal que nos impulsa a confiar en la promesa de la vida eterna y en la misericordia de Dios. La fe, por su parte, nos sostiene en los momentos difíciles y nos guía en nuestro camino espiritual.
Por lo tanto, desde la perspectiva filosófica del Aquinate, recibir un nuevo año de vida es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con una vida virtuosa, reflexionar sobre nuestro propósito y buscar la verdadera felicidad en la unión con Dios. Es un momento para agradecer, crecer y fortalecer nuestra fe y esperanza. Que este nuevo año nos inspire a vivir con gratitud, virtud y amor. (El autor es académico de la UAG).
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– ¿Por qué el calendario del 2024 al final del año se puso triste?
– Porque sus días estaban contados.
¡PLOP!