¡¡¡Plop!!!/Salvador Echeagaray

La democracia, al igual que otros sistemas de gobierno, tiene virtudes y defectos. 

Dentro de sus virtudes está principalmente la libertad. Eso incluye libertad de prensa, libertad de pensamiento, libre comercio, etc.

Otros sistemas, como la tiranía, por ejemplo, suspende las libertades.

Dentro de los defectos democráticos están, precisamente, los excesos de la libertad. Estos recaen en vicios sociales de todo tipo.

Pero, ahora nos referiremos a otro defecto: la decepción.

Si la mayoría elige y esta mayoría es la mitad más uno, ¿qué pasa con el resto de los que perdieron o, no ganaron sus favoritos? Obvio que habrá descontento. Y así, vivirán hasta un largo periodo. Tendrán que esperar otras elecciones, a ver si gana alguien de su preferencia. Pero, así podría pasar su vida sin que haya un gobernante que le llene. 

Cabe aclarar que esto no solía pasar en el sistema monárquico. Casi todos los habitantes de un país amaban a su rey.

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– Profe ¿qué es mejor ser presidente o rey?

– A ti ¿cómo te gustaría que te dijera tu novia: ¿¡Hola mi rey u,  hola mi presidente!?!

– ¡No, pos mi rey!