¡¡¡Plop!!!
¿Animal moral?
– Hoy es el cumpleaños de Firulais! Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David!! Firu, apaga las velitas!!! Y pide un deseo!!! –
Y pues, firulais no hace nada. Más bien mira a su ama con cierta extrañeza. Huele el pastel pero, como que no le apetece mucho. Ve el jolgorio a su alrededor, pero parece serle indiferente.
Es que como decía la letra en una de las canciones del Piporro. “Era un caballo, caballo, como se dice caballo, le decías vete p´allá y se iba pa´llá, le decías vente pa´cá y se venía pa´cá y hablaban por teléfono y no contestaba, pues si no más era caballo”.
Y es que, hay un hola, bueno desde hace al menos una década, aunque últimamente se ha intensificado mucho, sobre “la humanización de los animales”.
Cada vez se oye más decir que son inteligentes, que piensan. Incluso, hay filósofos que les atribuyen moralidad. – Chanfles, ya se pusieron truchas los diputados para hacer leyes a ver cuánta lana les sacan a los chimpacés burlones o a los perros mordelones. (Conste que en esto último nos referimos a los canes, no a los llamados «tamarindos» o “polecías” de tránsito como dice en mi rancho).
Hay animales proto morales: “Al menos eso es lo que creen dos filósofas, la alemana Judith Benz Schwarzburg y la española Susana Monsó. Bueno, al rato van a tener licenciatura y hasta doctorado.
Pero, en este tránsito hacia la revaloración del animal y la desvalorización del ser humano, habría que hacer ciertas consideraciones.
1. El animal actúa por instinto.
2. El instinto nos sorprende, pues, es un orden universal en los seres vivos.
3. El ser humano tiene instinto y además, tiene inteligencia, voluntad y libertad de elegir.
4. Esto lo hace sujeto moral. Puede decidir hacer el bien y el mal.
5. El animal, al no ser racional, no puede ser sujeto moral, pues sólo actúa por su instinto.
A un perrito, si muerde, no se le puede sancionar penalmente por haber mordido, más bien, el responsable, su dueño, es quien debe dar cuentas.
6. Si el animal fuera sujeto moral, tendría deberes.
7. No podemos exigirle a un perro que ladre, a un gato que maulle, a un ratón que coma queso. Eso ya está en su instinto.
8. A todo deber corresponde un derecho. Luego, el animal, tendría derechos.
9. Derechos y deberes más bien los tiene el sujeto racional, el dueño o amo del gatito o del perrito.
10. El ser humano tiene el deber de hacer buen uso de los animales y no abusar de ellos.
Bueno, estas son algunas de las reflexiones, “grosso modo”, de este tema, que desvaloriza al humano y exalta a lo no humano, al afirmar que los animales son sujetos de moralidad o no.
– ¿Ya viste? ¡Increíble! La Lulis Lascuráin se va a casar! –
– ¡Qué bueno, ya era hora!
– Pero, no creo que le vaya a ir bien –
– ¿Por qué? –
– ¡Pues, se va a casar con su perro! –
– Bueno, al menos no tendrá suegra. –
¡¡¡PLOP!!!