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Libros de ayer y hoy
No sé, que nada se
A lo largo de este casi cuarto de siglo que llevo dando clases he notado mucha diferencia en los alumnos. Es claro que empecé a darles clases a los milenials. Esto fue en el 2000.
El tipo de alumno era, comparado con el de hoy, centenials, más dedicado, más comprometido con sus estudios y un tanto más culto. Siempre he realizado preguntas de cultura general en el aula. Antes era más común que me respondieran varios alumnos. Hoy, si bien nos va dos o uno por salón contestan preguntas como cuál era el idioma oficial del Imperio Romano, o dónde se encuentra Grecia.
Sin embargo, la crisis se ha agravado en este último par de años. Ya me tocó dar cursos a los que en preparatoria llevaron clases en línea.
Estos ya vienen poco cultos. A la mayoría solo les interesa saber de su carrera. Lo demás no importa. Bueno, solo saber lo suficiente para tener buena calificación.
El número, prácticamente lo es todo. La cantidad vs. la calidad.
Así que, no nos extrañe que este hombre inculto no sepa por quién votar, no sepa elegir bien a sus gobernantes y todo eso en detrimento de nuestro bienestar como ciudadanos.
Pero, no toda la culpa es suya, ¿para qué saber si todo está en Internet?
-Si necesito tener un dato lo gugleo y ya. – -Que sean otros los que sepan. – Pero, lo que no saben es que, los que saben u otros ignorantes, mal intencionados, los controlará.
El adagio socrático de “Solo sé que no se nada”. Se ha cambiado a “No sé, que nada se”.
¡¡¡PLOP!!!