
Genio y figura
Necesitamos otro milagro
Matanzas. Crímenes, asesinatos. La sangre que otrora corría por Tenochtitlán, ahora tapiza todo México.
Desaparecidos. Familias incompletas. Madres llorando a sus hijos. Madres cavando hoyos, buscando restos de lo que estuvo en sus entrañas. Una pisca, una prenda, algo que indique que murió. Que ya no se espere el día que vuelva, pero que el llanto calme el dolor lacerante.
México amenazado. La choza más humilde tiembla, el país tiembla, pero El Palacio amenaza.
¿Adónde vamos, a donde nos llevan? ¿Qué más veremos? ¿Es esto lo normal? No lo permitamos.
¿Cuál es la solución? Parece que ninguna.
El país ha sido plagado de criminales. Están por todas partes. Los que deberían protegernos tienen manchadas las manos.
¿Entonces qué? ¿Qué hacer, a quién recurrir?
Hoy más que nunca se necesita la fe. Fe en un Ser Superior. Uno verdadero, no falsos profetas infernales. Se necesita otro milagro como el de hace casi 500 años.
Sí, la evangelización de entonces peligraba. Era necesaria la intervención divina.
Las apariciones de la Virgen en el Tepeyac lo hicieron posible.
Hoy en día, ante los problemas tan graves que afronta nuestro país, se necesita otro milagro.
¿De qué escribió hoy profe?
De que necesitamos un milagro.
¿Para que México, en el próximo Mundial, juegue el quinto partido?
¡¡¡PLOP!!!