
¡Gracias, Papa Francisco!
Descendencia Humana
Seguimos escuchando muchas fantasías respecto a la llamada Teoría de la Evolución de Darwin. Donde quiera estamos a merced de conjeturas cada vez más inverosímiles. Recordamos una de las últimas, hace algunos años, de que el ser humano comenzó a caminar erguido ya que a la mujer “le pesaba mucho el vientre por los embarazos”. De seguro el hombre no se quiso quedar atrás, perdón, abajo y, también se erguió.
Imagínese aquella primera célula, de la que Darwin habla ¿cómo fue que decidió dividirse para formar organismos más complejos?
¿O cómo fue que esos pequeños y primitivos seres reflexionaron? – ¡Sería bueno que viéramos!-, -¡Ah, pues vamos desarrollado un ojo!- Y Así pasaron, millones y millones de años, “hasta llegar a los ojos de Betty Davis, jaja”.
Es que esta Evolución, -si es que la hubo-, no se dio, por sí misma, ni al azar. Si hay un orden en la naturaleza hay un ordenador.
Lo que vemos que evoluciona en el ser humano son las modas, la tecnología que usa, sin embargo, aquí no vamos a afirmar categóricamente que no hay Evolución. Pero, si vamos a señalar algunas inconsistencias.
1, Si el mono se convirtió en hombre, ¿por qué sigue habiendo monos?
2. Es que no salimos del mono, sino de un primate y ¿por qué no hay pruebas? El eslabón perdido, no es que esté extraviado, sino, que, no existe.
3. En los registros fósiles no se encuentran restos de animales en transición. -Mira aquí este pececito está desarrollando una patita-. ¡No!
4. Genéticamente el ADN humano es más parecido al del cerdo que al del mono. Entonces, ¿por qué no decir mejor que descendemos de los puerquitos?
5. Múltiples experimentos, emulando una atmósfera terrestre de “los primeros días”no producen una célula viva. Menos individuos más complejos.
Y podemos seguir. Lo que sí, es que, no sigamos creyendo fantasías, que no todo lo que nos enseñan como verdadero, es necesariamente cierto.
-¿De qué escribiste hoy?-
-De que los seres humanos no descendemos de los animales.
¡Pues, tu tía Gertrudis está tan gorda que parece que desciende de una vaca!
¡¡¡Plop!!!
El autor es Director del Departamento de Filosofía de la UAG.