
Genio y figura
El tiempo
Hoy no vamos a hablar sobre políticos. De hecho, ya ni los quiero ver. Ellos “como dicen una cosa, también, dicen otra”; para eso mejor, busco videos de la Chimoltrufia en el Youtube. Ella, aunque no sea lo más depurado de la cultura occidental, al menos, me hace reír y, los políticos, me hacen enojar.
Pero, bueno, centrémonos en el tema de hoy. ¿qué tal le ha ido con su cuarentona? Perdón, ¿con su cuarentena? ¿Se le ha hecho mucho tiempo? ¿quizá ya este aburrido y se volvió “artista”? Sí, que ¡ya está harto! (Ese chascarrillo no lo anoten, ya está muy trillado).
O tal vez, se le ha hecho muy corto el tiempo y quisiera que hubiera -más tiempo- de reclusión para hacer tantas cosas, qué -por falta de tiempo- dejó de hacer.
Así que, lo que toca hoy es hablar del tiempo. Y ¿qué es el tiempo? ¿Puede definirlo? Algunos, dirán: – “Es lo que marca el reloj”-. A ellos les diríamos que el reloj es el instrumento que usamos para medir lo que llamamos tiempo. Otros opinarán, – “El tiempo es el paso de los minutos, de las horas, de los días, de los años, etc.”-. Bueno, ya estamos más cerca del concepto tiempo.
Entonces, podemos decir, citando al gran filósofo de la antigüedad, Aristóteles, que tiempo es “la medida del movimiento”. Así es. A la duración de un movimiento le llamamos tiempo. Por el movimiento que ha experimentado una persona, por ejemplo, sus arrugas, sus canas, podemos, -grosso modo-, calcular su edad. O también decimos, -tardó, 20 minutos en llegar-.
El reloj decíamos, es el instrumento que usamos para medir ese movimiento, pero el tiempo, ni es el reloj, ni tiene peso, ni masa, ni color, ni es gordo, ni flaco.
Sin entrar a más detalles, podemos decir, que hay dos tipos de tiempo: el tiempo real, que es la exacta medición de algo que se mueve, por ejemplo, la tierra sobre su propio eje y así, medimos el día. También, tenemos el llamado tiempo psicológico, que es como nosotros percibimos la duración de algo. De este tiempo psicológico, no podemos decir que sea más importante que el otro, pero sí, que de ahí depende mucho la felicidad o la desdicha.
Por ejemplo, si estoy divertido, se me figura que el tiempo pasó rapidísimo. Si estoy aburrido, me da la impresión de que el tiempo pasa lento, lento. Sin embargo, el reloj siguió su mismo curso, su misma velocidad.
Así que, para que esta cuarentena no se nos haga tan larga, tediosa y odiosa, tratemos de hacer cosas que nos gusten, que nos distraigan, que mejoren nuestra vida. Ya habíamos hablado y mucho se dice que nos mantengamos activos en casa, para no enfadarnos y sí, tienen mucha razón. Pero, mantengamos una actitud positiva y veamos lo bueno que este confinamiento tiene y, sobre todo, tratemos de divertirnos, para que -el tiempo, pase rápido-.
Esposa: -De qué escribiste hoy-.
Esposo: -De cómo pasa el tiempo, los años-.
Esposa; -Lo bueno es que en ti no pasan los años, ¡todos se te quedan! –
¡¡PLOP!!!