
Libros de ayer y hoy
Más allá de la tortura
Solemos ver imágenes de Cristo crucificado. Éstas, generalmente, tienen una herida y sangre en la rodilla, provocadas por las caidas ál cargar la Cruz y la herida de su costado. Ésta última, infringida por un soldado romano cuando le clavó el filo de su lanza, a fin de cerciorarse que estuviera muerto.
También, vemos en estas imágenes emanar sangre de de su frente, producto de la corona de espinas, que le colocaron, para burlarse por autoproclamarse Rey.
Sin embargo, la verdadera forma de cómo quedó Cristo crucificado excede la imaginación, y la realidad misma, pues, incluso, muchos hombres no hubiesen podido sobrevivir, a la solo la flagelación.
“La realidad supera a la ficción, se suele decir, en este caso la realidad supera por mucho las representaciones más cruentas de las cientos de millones de imágenes del crucificado que han habido, hay o habrá.
Dejándo de lado los sufrimientos espirituales como la calumnia, las burlas, las ofensas, las humillaciones, etc.,
veamos qué nos dice el análisis de la la Sábana Santa.
1. La corona de espinas.
Ésta no fue una tira en forma de coronita. Fue un casco de espinas, pués emanó sangre por toda la cabeza.
2. Las múltiples heridas de la flagelacion fueron causadas por dos personas golpeando el cuerpo de Cristo con látigos con terminaciones de plomo.
Éstos se hundian al topar con mucha saña, fuerza y velocidad en el cuerpo de Cristo.
3. Las heridas causadas por los látigos no se limita a la espalda, sino a glúteos, brazos y piernas.
4. Tiene un ojo golpeado que aparece hinchado y cerrado.
5. Se ve un escupitajo en su cara.
6. La nariz la tiene un tanto chueca y lastimada, debido a los golpes sufridos en el rostro.
7. Al parecer , ya clavado en la Cruz, se le dio la vuelta a la misma, para reemachar los grandes clavos en sus pies.
Así,Cristo soportaba su peso y el del madero contra el suelo.
Con ese nivel de saña con lo que fue torturado, no podemos imaginar que un humano hubiera soportado tanto, solo, si también, fuera al mismo tiempo, Dios.
****
– Perdón suegrita, lo que ud. me hace sufrir, ya veo que no es nada.
¡¡¡PLOP!!!