
Libros de ayer y hoy
AVERNO EN JALISCO
El horror, la desesperación. Muerte, sangre, tortura.
El infierno en la tierra, en esta vida.
– ¡Mátense!
-¡No!
-Entonces te mato a ti.
¡Nunca imaginable! Tan cerca del mal. Tan lejos del bien. Teuchitlán, Jalisco ingreso al averno.
¿Quien diría que había un campo de reclutamiento y exterminio, a una hora de Guadalajara? Jóvenes sobre todo, necesitados de un trabajo encontraron una vida y/o una muerte atroz. Si pasaban las pruebas, las durísimas pruebas, ya habían matado a varios de “sus compañeros”. Si no pasaban, eran brutalmente asesinados.
¿Cuántos, cuántos campos de exterminio hay en México? Y políticos y mandos militares otorgando abrazos en vez de justicia.
Lo de Juchitlán ya lo sabían. Ya habían asegurado el lugar. Ya había llegado “el cuerpo nacional que guarda”, pero guarda traición a su pueblo.
El pecado y el delito se dan por acción u omisión. Tan mal hace el que delinque como quien tiene la responsabilidad de perseguir y castigar y, sin embargo, permite el horror del asesinato, del robo, de la flagelación, de la barbarie y la matanza.
Pecados que claman al Cielo, delitos que claman justicia. Esto no puede seguir así.
(Ante tal indignación, hoy no hay chascarrillo para el PLOP).