Libros de ayer y hoy
Riqueza Nacional y filosofía
Ya ve que se pretende que nuestro país sea una de las 10 naciones más ricas del mundo.
¡Excelente! ¿No? Así es, pero obvio que la riqueza esté bien distribuida y no que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más ídem.
Pero analicemos el significado de la riqueza de un país bajo la filosofía perenne de Santo Tomás de Aquino.
1. Riqueza Material y Bien Común:
Para Santo Tomás de Aquino, la riqueza material no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar el bien común.
En su obra Summa Teológica, Aquino destaca que los bienes materiales deben ser utilizados de manera que beneficien a toda la comunidad, no solo a unos pocos. En este sentido, un país verdaderamente rico no sería aquel que acumula grandes cantidades de bienes y recursos, sino, aquel que distribuye estos de manera justa y equitativa.
2.La Justicia y la Propiedad:
Aquino subraya la importancia de la justicia en la distribución de la riqueza. Para él, la propiedad privada es legítima porque fomenta la responsabilidad individual y el orden social. Sin embargo, insiste en que los bienes deben estar al servicio de todos, y que aquellos que poseen más tienen una responsabilidad moral de compartir con los menos afortunados.
Esta visión se alinea con su concepto de justicia distributiva, que busca asegurar que todos los miembros de la sociedad reciban lo que necesitan para vivir dignamente.
3. El Uso Moral de la Riqueza:
Según Santo Tomás, el uso moral de la riqueza es esencial para el desarrollo de una sociedad justa.
La avaricia y la acumulación excesiva de bienes son condenables porque desvían a las personas del verdadero propósito de la vida: la búsqueda de la virtud y el bien común.
Así, un país que se considera rico debe fomentar valores como la solidaridad, la caridad y la generosidad, garantizando que todos sus ciudadanos tengan acceso a los recursos necesarios para una vida plena.
4. La Educación y el Desarrollo Humano:
Otro aspecto crucial del pensamiento del Aquinate es la educación y el desarrollo humano. Para él, la verdadera riqueza de una nación radica en el florecimiento de sus ciudadanos.
Un país rico sería aquel que invierte en la educación, la salud y el bienestar de su gente, promoviendo el desarrollo integral de cada persona.
La riqueza material, entonces, debe ser utilizada para crear condiciones que permitan a todos alcanzar su máximo potencial.
Analizando la riqueza nacional desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino, podemos concluir que un país verdaderamente rico no se mide solo por su prosperidad económica, sino por cómo utiliza esa prosperidad para promover el bien común, la justicia, la equidad y el desarrollo humano.
Su filosofía nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y a buscar un modelo de sociedad donde la riqueza material sea un medio para alcanzar una vida virtuosa y plena para todos sus ciudadanos. (El autor es académico UAG).
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– ¿De qué escribiste hoy?
– Sobre la importancia de que un país sea rico.
– ¿Por qué no escribes sobre la importancia de que un esposo sea rico?
¡¡¡PLOP!!!