El fin del INE o la reforma que se asoma
Contradicciones
Muy pocas personas en México podrían estar de acuerdo en el manejo que hicieron los regímenes priistas y panistas de los programas de apoyo social. Éstos fueron seriamente retorcidos, hasta transformarse en propaganda para provocar votos. Sin duda una de las perversiones más grandes que ha hecho la política electoral en el país. El electorado se prostituyó paulatinamente, en la medida en que condicionó su sufragio a la recepción de ayuda gubernamental, que en tiempos electorales se convertía en partidista.
En esos tiempos de corrupción flagrante, la política de comunicación del Estado era sencilla: negar el suceso, amenazar desde la tribuna presidencial o del Congreso de la Unión a los partidos y hacer como si no pasara nada. No en balde, el publicista Eulalio Ferrer Rodríguez, uno de los primeros prácticos de la comunicación política en México recomendaba: «si lo piensas, no lo digas; si lo dices, no lo escribas: si lo escribes, no lo pubiques; si lo publicas, niégalo».
En el actual régimen de la 4T, en el que el presidente presume una y otra vez que «ya no son como antes», el gatopardismo parece ser la consigna, y todo cambia para que México siga siendo exactamente igual, con un régimen honesto, a como era con regímenes corruptos.
Ya son una colección los videos que muestran como condicionan el suministro de vacunas contra el covid los «servidores de la nación», epíteto que se han autoasignado los militantes políticos de Morena. Por todos los rincones de la geografía nacional se dan estos testimonios en los que Morena aprovecha el indispensable programa gubernamental para hacer proselitismo.
Y como marcaba la pauta Ferrer, desde los años de la dictadura perfecta, o del desarrollo estabilizador, como usted prefiera verlos, el gobierno niega toda vinculación. En un derroche de negación, Jesús Ramírez Cuevas, el vocero presidencial, desconoce en su cuenta de twitter a los presuntos militantes de Morena que aparecen en diversos videos, publicados por el noticiero de Crio Gómez Leyva.
Habría que preguntarse por qué el Director de Comunicación Social de la Presidencia es quien desconoce a militantes de Morena. Es decir que las fronteras entre el partido del Estado y el Gobierno parecen muy difusas, como en los mejores tiempos del PRIAN. La estrategia, sin embargo, funciona: negar deja en el cuestionamiento de credibilidad a los medios que publican los videos que aparecen en redes. Los militantes se adhieren a la negación y solamente los opositores convencidos creerán en el contenido del video. Y mientras en el escenario de medios y redes el electorado titubea, en el territorio, los servidores de Morena siguen usando, como ya es larga tradición en el país, los programas tan sensibles como las vacunas, para inclinar votos en su favor.
Las opciones de hoy:
a) La negación funciona, cuestiona la credibilidad de medios y líderes de opinión y al menos siembra la duda…
b) La estrategia deja todo como estaba: los convencidos amlovers acusarán a los medios de chayoteros y los opositores anti-López estarán seguros de que es un uso equivocado de la urgencia por vacunar a la población.
c) La estrategia falla: la realidad termina por avasallar el esfuerzo de la negación y el control de daños. Si los testimonios se acumulan, la población no podrá dudar del hecho.
d) La oposición por fin despierta y hace un uso también perverso de los videos en redes. El tema puede ser fácilmente dramatizado, es decir falseado. De nuevo la credibilidad del mensaje entraría en crisis.
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