Libros de ayer y hoy
El peor adversario…
Ya en otras entregas hemos afirmado que el peor enemigo del presidente López Obrador se llama Andrés Manuel López Obrador. Las contradicciones en su discurso entre el político del presente y el luchador social del pasado son evidentes y cada vez más acentuadas. Sin embargo, en el caso de la pandemia, el presidente es el peor adversario del propio presidente. Ya no requerimos ir al pasado.
La sobre exposición del discurso, con mañaneras sin guion alguno, obligan al primer mandatario a ejercitar con esmero su memoria. López Obrador debe ser profundamente congruente entre sus discursos cotidianos, para enhebrar una temática coherente y continua que no confunda a sus miles de receptores diarios. Pero no lo consigue.
Las «benditas» redes sociales tienen una sub función que es muy interesante y que ayuda a la memoria, escasa de los destinatarios de los mensajes de las mañaneras, y aún del propio emisor y actor central de ellas. Se quedan grabadas en multitud de sistemas digitales en las que se reproducen a diario. Así, es más fácil acudir al banco de imágenes, que apelar a la memoria cotidiana del primer mandatario.
En el caso del covid 19, López Obrador informaba el 28 de febrero del año pasado: «Estamos preparados… (pausa kilométrica) para enfrentar el coronavirus. Tenemos los médicos, los especialistas, los hospitales. No es algo terrible, fatal, ni siquiera es equivalente a la influenza. Para que toooodos los que están escuchando tengamos esta información. Para evitar que haya amarillismo, exageraciones».
Como es posible advertir, la preocupación del protagonista de las mañaneras es política. Tiene que ver más con que no le vayan a criticar o a molestar en su proyecto de nación, que con un estudio a fondo del problema. Y como es fácil advertir, la realidad ha destrozado estos asertos.
En concordancia con su jefe, el Secretario de salud, Jorge Alcocer, recomendaba a la población: «no llegar a los extremos que están recomendando de usar, no sólo cubrebocas, sino aditamentos más, técnicamente más avanzados que no son necesarios, ni en el mismo hospital, como ustedes saben. No se requiera contabilizar y hacer una situación de cuantas camas se necesitan en esta situación por habitante, por estado. Lo que tenemos es claramente suficiente. No tomar medidas exageradas de que vamos a cerrar esto, vamos a cerrar lo otro, no es necesario»
Sin duda estaban bien preparados en el Gobierno de México para enfrentar esta contingencia. Ante esta claridad meridiana no es posible en esta ocasión plantear alguna opción para cerrar nuestro comentario.