Visión Financiera
López Obrador vs INE
No cabe la menor duda que el mayor adversario que tiene el presidente López Obrador es el Andrés Manuel contestatario, ocurrente y provocador del pasado. Quién podría olvidar el clásico de la picaresca política con el que llamó la atención del entonces presidente Fox, empeñado en hacer proselitismo en favor de su candidato, Felipe Calderón, con su célebre frase: «Cállate Chachalaca».
Y no es que careciera de razón, en aquellos tiempos de contienda electoral, Vicente Fox se convertía, más en un propagandista de su partido y su candidato, que en un estadista comprometido con el gobierno de su país. Justo como hoy actúa, ya sólidamente instalado en el poder presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Claro que el actual presidente es mucho más sutil, y más inteligente que Fox, pero esto, en verdad, no es ninguna hazaña que vaya a quedar en la historia del pensamiento universal. Hoy Andrés lucha por encubrir las intenciones de sus mañaneras y hacerlas pasar como justas expresiones del derecho de réplica, cuando se refiere con sorna a sus «adversarios», de cualquier índole, es decir reales o imaginarios. Y sobre todo cuando ensalza las virtudes de su régimen, en detrimento de los anteriores.
Hoy, en su conflicto con el INE, la estrategia actual de López Obrador es la misma que tomó, desde el no menos famoso intento de desafuero del gobierno foxista a su investidura como Jefe de Gobierno capitalino, la victimización. A López Obrador le ha dado mucha popularidad hacerse un intento de mártir de la democracia, y el pueblo, ese que se conmueve con un marcador más abultado que un dos a cero en contra de cualquier equipo débil, reacciona del lado del sufrido actor político, que, a su propio decir, es el pobre e inocente presidente más atacado, desde los tiempos en que los medios atacaron al pobre e inocente apóstol de la democracia, Francisco Ignacio Madero.
La mañanera, además de su evidente intención de propaganda de la que es innecesario abundar, es el escenario de la victimización del presidente y de su conocido sistema para conseguir la empatía popular.
Hoy, el adversario cambia, se llama Instituto Nacional Electoral, una instancia malvada que no comprende el valor de la democracia que encarnan las mañaneras y pretende censurar al actor protagónico de las mismas, en aras de mantener la competitividad del proceso electoral y emparejar el piso para todos los contendientes.
Hoy Andrés, como siempre, reclama el derecho de emitir la propaganda, sutil o abierta en torno a su gobierno y su partido, se victimiza y se olvida, como va siendo costumbre del luchador social, a quien, con toda pertinencia, muchas voces podrían señalarle: «Cállate chachalaca».
Las opciones en este momento:
a) El INE consolida una auténtica vocación democrática y acota el poder presidencial, y desde una perspectiva ciudadana, empareja el piso electoral
b) El INE actúa en una atmósfera de simulación, en el plano mediático truena contra el presidente y en el plano de los hechos permite la propaganda en las mañaneras, que sigue como si nada hubiera pasado.
c) El INE es doblegado por el poder central presidencial. Su alegato se diluye y el presidente sigue tomando carta de protagonismo en las mañaneras, sin la molestia de la crítica, de aquí a quien sabe cuándo…