Opción Múltiple/Eduardo Garzón

La lectura a mayor alcance

Seguramente, muchas personas estarán desilusionadas porque la Feria Internacional del Libro de Guadalajara será un evento virtual, en esta edición, que va del 28 de noviembre al 6 de diciembre. Es la tendencia. Por supuesto que para miles de personas nada sustituye al contacto humano, y que las épicas aglomeraciones que produce año con año la FIL habrán de ser extrañadas. Sin embargo, la tecnología ofrece una extraordinaria oportunidad de masificación a niveles globales, que ningún otro instrumento actual puede brindar. Es extender su impacto, del regional al universal.

Hay un antecedente cercano, el Festival Letras en Tepic, que se verificará también por vía tecnológica, hizo hace unas semanas un evento de conmemoración en el aniversario del natalicio del vate nayarita, Amado Nervo. Con éxito: este Festival ha tenido en sus momentos de mayor congragación unas mil 500 personas, reunidas en la plaza principal de la capital cora. En su edición virtual alcanzó más de 40 mil impactos, y su público fue todo el subcontinente de habla hispana. A la FIL podría pasarle lo mismo.

El tema no es menor. Sabidas son las enormes cifras de asistencia a la Expo Guadalajara para ingresar a esta fiesta de las letras, pero ahora, la oportunidad de alcanzar un tanto semejante, en otras latitudes, permitiría al evento una proyección importante, y no es que necesite imagen, pero trascender fronteras es ya una constante de esta nueva manera de vivir, luego de la pandemia. Y la consecuencia podría ser que el impulso para la lectura, que siempre consigue la FIL, podría llegar todavía más lejos…

Es un tema mayor. La promoción de la lectura, y el extender el alcance de las letras hasta despertar avidez por ellas significa que las redes podrían ayudar a pensar, en lugar de distraer. Leer es la única manera de aumentar el vocabulario, y usar adecuadamente el lenguaje es una manera de aprender a pensar correctamente. No en balde Octavio Paz apuntaba que en momentos de crisis social “lo primero que se gangrena es el lenguaje”. Quienes se asombran de que las generaciones más jóvenes carecen de habilidades de pensamiento y comprensión, deberían atender a sus deficiencias en lecto-escritura. Es un axioma, un pueblo ignorante es presa fácil de los persuasores sociales que trabajan al amparo del poder. Quienes se admiran de la estulticia de los políticos, tendrían que cuestionar, como fue el patético caso de Peña Nieto, cuáles son los hábitos de lectura de quienes ostentan cargos públicos.

La crítica popular hacia los gobernantes pasa por la difusión de la lectura, la adquisición del léxico conveniente a cada situación contextual, la comprensión, y el ejercicio neuronal de conectar la lengua con las cadenas de sinapsis. La aceptación sin cuestionar de consignas, ocurrencias y modismos, sucede por el proceso inverso. Eventos como la siempre grata Feria del Libro de Guadalajara hoy, gracias a la pandemia, pueden incrementar exponencialmente su impacto en la promoción de las letras, el gusto por la lectura y el desarrollo de habilidades de pensamiento en muchas personas. 

Esta vez, las opciones se reducen a una sola: conectarnos y aprovechar esta oportunidad virtual para ser mejores personas.

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