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¡¡¡Plop!!!
La rebelión de los medios
Una de las facturas más costosas que ha tenido que pagar el presidente de los EUA, Donald Trump, en su hasta ahora fallido intento reeleccionista, ha sido la que le han pasado los medios de comunicación y las agencias de noticias de su país.
En México estamos acostumbrados a las declaraciones de la autoridad y hasta que alguien no oficialice una noticia, tenemos la costumbre de no darla por buena. Aunque los funcionarios nos mientan, estamos habituados en el ejercicio periodístico a confirmar notas con las versiones oficiales. Antes de éstas, las informaciones pertenecen al espacio de la especulación.
En esta elección norteamericana, los medios de comunicación y las agencias noticiosas dieron el triunfo a Biden. El sábado pasado, por la mañana, los mass media proyectaron que obtendría la victoria en el estado de Pensilvania y con ello superaba la barrera de los 270 votos electorales para alzarse con la presidencia de su país. Eso bastó para que la nación entera asumiera la victoria, o la derrota. La mitad más unos cuantos, que ganaron, salieran a festejar. Los otros, a esperar la postura de líder, virtualmente derrotado.
¡Vaya poder de las estructuras de comunicación en EUA! La versión fue nacional e internacionalmente aceptada, incluida Fox News, tan cercana a Trump.
Quienes asuman este poder como triunfo de la democracia, tendrán que poner las comillas correspondientes. A Trump, Wall Street y los grandes inversionistas de los medios le pasan la factura. Muy costosa. Al presidente todavía en funciones, solo le dejaron el resquicio legal, y el discurso de desconocer, hasta el momento, los resultados. Técnicamente el equipo del presidente Trump tiene razón: el candidato demócrata es el virtual ganador de acuerdo con la información de los medios de comunicación, pero no es legalmente el presidente electo. ¿Y eso importa? La versión de los medios ya está en la médula de la ciudadanía, en el ánimo de muchos estadistas de otros países que se han volcado a felicitar a Biden, es una bola de nieve que se convirtió en avalancha y que ya es muy difícil de parar.
Los alegatos jurídicos serán solamente eso, la postura de resistencia de Trump: la voz mayoritaria se escuchó en el mundo, y los prudentes, como López Obrador, corren el riesgo de ser avasallados por «la cargada».
Andrés Manuel sabe mucho de eso. Y sabe también que está jugando una carta fuerte. Si Biden no ve con buenos ojos el recato legalista de López Obrador, la relación bilateral podría erosionarse. Ya le pasó a Salinas cuando apostó por otro republicano que tampoco se reeligió: George Bush.
En esa ocasión muchos de los dólares ganados por las privatizaciones se destinaron a una agencia, muy cara, de relaciones públicas, encargada de limar asperezas con el entonces presidente electo, Bill Clinton, en aras de aprobación lo que era el TLC. Hoy López Obrador no tiene dinero fresco para cabildear con el equipo de Biden, y la tersura de la relación bilateral depende de la diplomacia de nuestro presidente. Los medios ya dictaron sentencia y, para ellos, Biden ha ganado. La legalidad será la cereza de este pastel que se cocinó como revancha mediática en contra de Donald Trump.
Y más le valdría a nuestro presidente aprender de la experiencia. Los medios, vilipendiados en cada nueva edición de la mañanera, tienen ya una larga lista de agravios en su contra. Y como a Trump, podrían pasarle la factura en la coyuntura más crítica para el emisor de la mañanera que considera cada ataque contra la prensa como «su derecho de réplica».
Las opciones de hoy:
a) López Obrador comprende el alcance de los poderes fácticos. Éstos que él confronta con frecuencia. Recapacita y teje fino en la diplomacia hacia quien, casi seguro, será el nuevo inquilino de la Casa Blanca
b) López obrador se empecina en su miopía legalista, que además es consecuente con su propia experiencia política. Su postura enfría la naciente relación bilateral
c) A pesar de tensiones, la experiencia política de López Obrador saca adelante la relación con los EUA
d) La postura de López Obrador, prudente, pero con una carga política evidente en favor de Trump, tendrá un costo económico y político para México. Todo queda en las manos y el humor del virtual ganador, Joe Biden….