¡¡¡PLOP!!!
«No hay peor ciego que el que no quiere ver»…
Tras la noticia de la renuncia del secretario de Hacienda del Gobierno de México, Carlos Urzua, y luego de la publicación de su puntual y contundente escrito para fundamentar tal decisión, el país se volvió a dividir y las redes sociales fueron el escenario de esta reacción nacional.
Las agudas observaciones de Urzua provocaron, por una parte, tensión y nerviosismo inmediato en los mercados financieros. El dólar se disparó al alza y el IPC de la BMV bajó.
Las reacciones empresariales fueron inmediatas, aquí en Jalisco, como lo informó oportinamente la Agencia de Información Quadratin, la Careintra hizo eco de las observaciones de Urzua y criticó la política económica del Presidente.
Sin embargo, a pesar de estas reacciones pragmáticas, muchas voces se alzaron para defender al líder de la 4T, con argumentos de flamigera retórica nacionalista, muy consonante con la época Juarista, que sustentaba argumentos tales como que los hombres pasan pero las instituciones de la República permanecen inconmovibles.
Sin embargo, y aquí abrimos nuestra primera opción:
a) ¿Las instituciones inconmovibles son suficientes por si mismas, para sostener la confianza de los inversionistas y de los mercados financieros?
Si usted respondió que no, siga leyendo…
La renuncia de Carlos Urzua dejó sin argumentos a esta fracción del pueblo «sabio y bueno» que defiende a ultranza cada acción del Presidente.
Fue imposible rebatir con lenguaje retórico al mensaje brutalmente pragmático que movió hacia la baja algunos índices macroeconómicos. Unos respondieron con manzanas y otros con naranjas.
Ante esta situación surge una nueva opción:
b) El Gobierno del Presidente López Obrador podrá capear el temporal y darle confianza a los mercados, ya de por sí nerviosos, mediante la designación de Arturo Herrera como nuevo Secretario de Hacienda?
Y en concordancia:
¿Diseñará López Obrador una estrategia de comunicación, más allá de las consignas repetidas una y otra vez, para que empresarios, inversionistas, académicos y algunas fracciones pensantes de la sociedad puedan recobrar la confianza en el rumbo de la politica económicas de su Gobierno?
Por supuesto que está estrategia no podrá sustentarse en encuestas a mano alzada o consultas populares.Esta vez la crítica no vino de fuera, «de los adversarios», de militantes distinguidos del «PRIAN» o de la «mafia del poder».
Esta vez vino del mismo primer círculo presidencial. Por esto la sorpresa y los argumentos de contextos distintos.
El impacto de la decimonovena renuncia en el gabinete presidencial aún puede traer más repercusiones. Pero, como dicen los refranes, expresiones de la sabiduría popular: «No hay más ciego que el que no quiere ver»…