Salvador Guerrero Chiprés

Carlos Lomelí de Morena con el respaldo total de AMLO o Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano y el apoyo de Ricardo Anaya del frente PAN-PRD-MC.

Es la alternativa de la entidad con el cuarto lugar en importancia por número de electores pero primerísimo porque ahí la emergencia de una peculiar, muy occidental y empresarial expresión de Morena o una depredadora forma de la política a la Dante Delgado se hará del poder de la entidad.

Lopéz Obrador ya ha señalado que Alfaro, ex priista, ex propanista, ex pro AMLO como “un traidorzuelo” y extorsionador “de moches”.

Y no solamente él. Morena ha presentado, a través del coordinador de la campaña de Lomelí, Juan Soltero, siete acusaciones con pruebas ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco que los medios de difusión respaldados por la convencional pauta de Alfaro han decidido minimizar.

Anaya ya ha cobijado a Alfaro y ha tratado de presentar como razonables acusaciones contra Lomelí que Alfaro consiguió colocar tempranamente en Mural y en Reforma.

Alfaro trata de deslindarse y acercarse alternativamente al queretano ante la sombra que proyecta sobre el alfarismo –una forma moderna de depredación del erario- la próxima derrota de Anaya.

Hasta antes de que Lomelí se saliera de MC, harto de las corruptelas y del autoritarismo egocéntrico de Alfaro, era visto por el candidato de MC como “un empresario honesto”.

Al disputarle abiertamente el poder, se volvió “negociante” y “corrupto con las medicinas”.

La verdad jurídica y política por lo pronto es que Alfaro ha sido gobernante y es responsable de la inseguridad de Guadalajara y de la corrupción inmobiliaria y Lomelí no ha administrado al erario y de hecho, por su muy considerable riqueza, ha ofrecido que donará su salario.

Veremos si una coalición de fuerzas progresistas que acompaña a Andrés Manuel López Obrador o un grupo político que representa veinte veces la corrupción de que se acusa a Anaya, gana la elección.

En la vida emecista de Guadalajara y Zapopan, donde gobierna el grupo de Alfaro, predominan  habilidades de comunicación política, el crimen y los depredadores urbanos. También hay buenos empresarios a quienes se ha impuesto el pago de moches para permisos obtenibles legalmente y moches por regularización de desarrollos irregulares.

Habrá capítulos importantes de esa historia muy cerca.

Por lo pronto comparto esta historia la vida reciente de Guadalajara, a cargo de un valiente diputado, Hugo Rodríguez Díaz, que habrá de contribuir a la revelación de elementos sustantivos del expediente de Alfaro.

Lomelí o Alfaro ¿a quién elegir después de esta pequeña historia?

¿Conoces el mercado Del Mar en Guadalajara?  El que está ubicado entre las calles 34 y 36 y Francisco de Ayza a Josefa Ortiz de Domínguez.

¿Conoces su historia?,

Era una propiedad que abarcaba casi toda la manzana, con la casa al centro y rodeada de grandes jardines. A su alrededor, también se encontraban muchas piletas que servían para recolectar o guardar agua y tenía muchos árboles, de esos que tanta falta hacen ahora con el calentamiento global y que nos enoja que cualquier tipo ordena que los tiren para construir casa o edificios de oficinas o simplemente condominios.

A esa casa los vecinos de los barrios cercanos, le llamábamos también la casa de los Ajolotes, porque los niños iban a la casa grande para robarse renacuajos o las crías de las ranas. Hablo de los años 60´s y recuerdo que exactamente en la esquina de Josefa y la 34 se encontraba una Lechería, la dueña era Doña Mercedes Conrique, tiempo que al recordar, suspiro.

¿Por qué la historia?

La dueña de la casa grande o la casa de los ajolotes, compró a sus vecinos antes de morir sus propiedades, para donar la manzana y se construyera un parque municipal. Así, después de morir ella, se derrumbaron todas las casas, se limpió el terreno e inicialmente se formaron montículos para que los muchachos saltaran con sus bicis de montaña, en su parque donado por la altruista mujer.

Sorpresivamente un presidente municipal o un gobernador, que en aquellos años 80´s descubrió que ese terreno no tenía dueño y era propiedad municipal. Sabiamente lo vendió como locales comerciales y se creó el mercado Del Mar de Guadalajara. Lógico es pensar que como consecuencia se volvió muy rico porque me imagino que hizo lo mismo con otras propiedades.

Ahora, indignado y viendo morir éste hermoso mundo de humanos por la corrupción, el calentamiento global, la falta de alimentos, los salarios miserables, las escuelas sin pupitres o sin techos, los hospitales sin recursos porque un administrador y un político se roban sin escrúpulos todo, me pregunto:

Lo que ahora ocurre en Guadalajara es cien veces peor.

¿Tú, a quien elegirías? Entre un empresario que se vuelve rico vendiendo sus productos y creando sus numerosa patentes -Carlos Lomelí de Morena- o un político que se vuelve rico vendiendo propiedades municipales que al fin de cuentas son tuyas -Enrique Alfaro, de MC.  Decides en julio.