Libros de ayer y hoy
Mendicidad en México, ¿explotación de familiares?
laislaquebrillaba@yahoo,com.mx
Una cosa que llama la atención, es que a pesar de que hay un apoyo público para la tercera edad, sigue habiendo ancianos en las calles pidiendo limosna. Eso se puede comprobar sobre todo cerca de grandes tiendas donde penetra mucha gente, en mercados públicos y en bocacalles importantes. La explicación puede ser sencilla: los ancianos no reciben el apoyo porque no se han inscrito, porque les gusta pedir limosna, o porque están siendo víctimas de explotación y la avaricia de sus propios parientes. Sería importante que las autoridades se acercaran a esos casos porque es muy lamentable ver a un anciano por lo general sentado en las banquetas, extendiendo la mano, cuando debería de estar al resguardo de familiares con la pensión económica de Bienestar. Tratándose de niños que mendigan, se debe de hacer lo mismo.
EN 2023, MÁS UN MILLÓN PEDÍA LIMOSNAS EN LAS CALLES
De acuerdo a la Encuesta NacionaL de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), de agosto de 2023 de Inegi, más de 7 millones (7.6) de personas en el país padecieron de hambre, como parte de esa gran población de pobreza y de pobreza extrema, más de 50 millones según la Comisión Económica para América Latina y del Caribe (Cepal), que se viene arrastrando de sexenios pasados y respecto a los cuales la pasada administración de AMLO, colocó en estabilidad más de 9 millones. Hay pues, aún muchos millones de pobres, más de un millón, según Inegi, que han tenido que pedir limosna para cubrir sus necesidades. El organismo menciona a Guanajuato como el estado en el que se ve con más asiduidad esa circunstancia, además de los estados de México, Puebla, Veracruz y Jalisco. Estarían entre dichas personas las que están en situación de calle, que en la mayoría de los estados logran el apoyo en albergues especiales sobre todo en esta época de invierno. Pero no sucede lo mismo con niños en las esquinas de las calles, que piden apoyo a los automovilistas, con una presunta venta de dulces, ni los ancianos que se instalan en los lugares mencionados arriba, cuya presencia, como he señalado, debería de ser investigada por las autoridades para conocer el porqué, ancianos pobres en pleno invierno, está sentados en una banqueta extendiendo la mano a los viadantes. O mujeres con niños en las espaldas (las veo desde mi ventana todos los días), que piden apoyo a conductores en el paro del semáforo.
TWAIN. EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO Y LA CONTRADICCIÓN SOCIAL
Muchos libros ha abordado el tema de la pobreza en niños, desde diferentes perspectivas. Samuel Langhome, famoso como Mark Twain, nacido en Florida en 1835 aborda esa situación para mostrar la diferencia en una niñez que vive circunstancias opuestas. El tema de El príncipe y el mendigo (Editorial Leyenda ediciones 2017), se conoce no solo por su libro, sino por las muchas veces que ha sido llevada a la pantalla y utilizada la obra en otras expresiones. Dos niños uno pobre y otro muy rico, aristócrata, de gran parecido, se enfrentan en los dos extremos la pobreza por mendicidad y la riqueza de un príncipe heredero, y el autor exhibe la circunstancia de desigualdad social no como Carlos Marx la mostraba como la explotación del hombre por el hombre, sino por circunstancias que según el americano, se daban normalmente en los medios londinenses de la época. El no llega a la tesis de Marx en su obra porque la suya está inserta a mediados del siglo XVI. Aún así, da una idea de como la marginalidad, la diferencia de clases, la no repartición de la riqueza, pueden crear sociedades injustas, como la pobreza del niño mendigo. Twain murió en abril de 1910, cuando México se preparaba para lanzar una Revolución, en contra de la pobreza precisamente.