¡¡¡Plop!!!
Teresa Gil
En eso de tigres y diablos que relajaron la tensión de ciudadanos a punto del ataque, alguien se refirió mas bien al tigre que se sacaría el que ganara la presidencia.
Y la verdad es que tenía razón. Los problemas que tiene México son muy superiores a los de otro países del llamado tercer mundo.
La guerra contra el crimen organizado y la cercanía con Estados Unidos, delinean a México para mal.
Las contradicciones que vive este país se están expresando en el rotundo triunfo del que será presidente constitucional el próximo primero de diciembre: mensajes el mismo día del poderoso Trump y de las Fuerzas de Liberación Nacional, éstas para pedir que se quite al ejército regular de las calles y el primero para plantear una buena convivencia.
La decisión por AMLO no solo se basó en su persona, lucha y carisma sino en su larga experiencia al recorrer el país.
Un Ricardo Anaya joven sin experiencia, un José Antonio Meade que ha permanecido uncido a las tareas burocráticas, independientemente de sus orígenes, no presentaban una visión de conjunto para enfrentar las taras de la nación.
Por ello el pueblo, emotivo, que se desbordó, no dejó de tener cálculo. “Ese es el mas apto”, pensó.
Los analistas diversos que comentaron el triunfo virtual del tabasqueño la noche del primero de julio fueron mas crudos y pusieron énfasis en los problemas económicos, en la relación global que se tiene con el resto del mundo cuando según ellos, se plantea una economía de autoconsumo, cerrada, que podría frenar el crecimiento.
Desde diferentes voces se hizo hincapié en lo más grave y urgente y no faltaron los rescatistas del aporte de actual régimen, sobre todo cuando se anuncian cambios, borrones y revisiones en Pemex, la educación y el énfasis en sectores permanentemente desatendidos.
AMLO planteó un programa basado en su larga experiencia y su aplicación irá dando la pauta de lo que realmente necesita el país.
Parte del epílogo hacia donde conducen los meses venideros en los que se delinearán los primeros tiempos del nuevo gobierno, es preguntarse que será de los candidatos que quedaron en el camino y de los miles que en el país estuvieron inmersos en acontecimientos igual de difíciles, muertes incluso.
Anaya puede regresar al puesto que dejó en suspenso en un PAN averiado, Jaime Rodríguez el Bronco intentará recuperar la gubernatura de Nuevo León, pese a algunas acusaciones en su contra que tiene que dirimir y Meade, ¿qué será de Meade?.
Es en apariencia el que quedó más desprotegido, más al aire, un hombre sin trabajo, sin partido y sin esperanzas inmediatas de puesto. Pero es parte de la fortuna que da y quita.
DANTE: LA VIDA NUEVA, ALBOROZO, SUEÑOS DIFÍCILES Y DESEO INMARCESIBLE
Siempre se ha dicho que La vida nueva -Vita nova o nuova- de Dante Alighieri (Ediciones Felmar Madrid, 1974, publicación bilingüe, muchas ediciones) fue un reflejo de muchos de los acontecimientos que se plasmaron en La Divina Comedia.
Obra de juventud, es un canto a un amor imposible, el amor a la bella Beatriz, sueño sorpresivo que se posa en una visión, una niña de nueve años que el poeta encuentra por casualidad.
La obra, más breve que su obra inmortal, es la permanente dolencia por el amor encontrado y el amor ido, el amor perdido y las esperanzas y quejas que se expresan en sonetos. La gran mayoría dolientes. Son 42 capítulos en prosa y 31 poemas.
Muchas ediciones están reducidas. Su amada Beatriz, es la que después lo conducirá en su siguiente obra al cielo de la redención, después de haber atravesado los avatares de toda la expresión humana.
Dante escribió este libro a los 27 años, después de que se enteró que Beatriz, a la que conoció cuando ambos tenían nueve años, había muerto. Ella nunca lo amó y cuando se enteró de su amor dejó de hablarle.
La vida del gran poeta florentino, fijador del idioma italiano moderno, fue azarosa y de gran lucha; siempre participó en la defensa de la unidad de Italia y varias veces intervino en guerras para defender esa unidad. Es curioso el parangón que tiene con Juárez.
En su tratado Monarcchia, donde da a conocer sus ideas políticas y literarias, se pronuncia por la separación de la iglesia y el estado.
Por estas posiciones mostradas con énfasis ante un gobierno represor, Dante fue desterrado y murió en el destierro a los 56 años. La inmortalidad lo esperaba.