¡¡¡PLOP!!!
Guerrero vivió una catástrofe a manos de la naturaleza, el Huracán Otis golpeó brutalmente la Costas de Acapulco y municipios aledaños, los daños que dejó el paso del fenómeno meteorológico fueron altamente cuantiosos y las vidas que arrancó aún son inciertas.
El Gobierno Federal señala que únicamente perdieron la vida 48 personas de las cuales todas presentan su certificado de defunción a causa de lesiones o ahogamiento por el estrago que generó el huracán.
Bien, son 48 las muertes certificadas, ¿pero las que no han sido certificadas?, ¿acaso esas muertes no cuentan, no son parte de la desviación?
Son los funerarios de Guerrero quienes señalan la existencia, a ojo de buen cubero, de más de 400 muertes; la mayoría sin certificado de defunción.
Claro que la información brindada por las funerarias de Guerrero dejan muy mal parado al Gobierno Federal, quien decidió declarar el fin de la emergencia, pues “no nos fue tan mal”, dijo Andrés Manuel López Obrador.
Funerarios de Guerrero explican contundentemente que hubo cuerpos que fueron sepultados sin permisos.
Les cuento, dada la devastación y ante la incapacidad de las funerarias de acceder a los lugares donde había fallecidos los familiares y funerarias utilizaron los 103 panteones ejidales en Acapulco donde hubo sepulturas sin necesidad de documentación.
A decir de los funerarios, donde más personas fueron enterradas sin registro ante las oficinas municipales de Panteones fue en el municipio de Coyuca de Benítez, pegado a Acapulco.
Para el gobierno de México estos cadáveres no cuentan, las muertes que no tienen en su registro no cuentan.
Tampoco cuentan las muchas muertes a las que se les certificó como fallecimientos por infartos y otras causas, sin hacer referencia al huracán, aunque hayan sido por ese motivo.
Dentro del puerto de Acapulco existen 21 funerarias todas legalmente registradas ante la Dirección de Panteones, pero existen otras cinco irregulares que emiten certificados de defunción apócrifos.
Ahora, falta sumar las cremaciones que se llevaban a cabo en Chilpancingo u otro municipio cercano, y que no estarían contabilizados en Acapulco a causa del huracán.
Los funerarios hablan de más de 400 muertes y yo les creo, son ellos quienes han estado desde el principio de la devastación, son ellos quienes han visto a la muerte de frente y son ellos los que se han atrevido a contradecir al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Claro que en tiempo de destapes y acomodo de candidatos para las próximas elecciones, el partido en el poder no podría cargar con el peso de esas muertes y es por eso que para el Gobierno Federal sólo existen las 48 que sí tienen certificado de defunción.
Por cierto, falta contabilizar a los desaparecidos, unos en tierra y otros muchos en el mar, sus familiares realizaron una misa para pedir por su localización y para que las autoridades estatales y federales se den cuenta que no nos fue tan bien como ellos señalan.