Libros de ayer y hoy
Bueno, no hay plazo que no se cumpla. Las tan alejadas elecciones intermedias ya están prácticamente a la vuelta de la esquina. Los ánimos se empiezan a calentar. Los candidatos y sus partidos encienden a sus huestes. Las descalificaciones permean el ambiente. La división social se acrecienta.
En las esquinas los partidos hacen campaña. Te pegan la calcomanía, te llenan de propaganda. hay ambiente de alegría, la música a todo lo que da, como si se tratara de una fiesta. Luego, después que llegan al poder, todos sentimos la cruda, sí, la cruda realidad.
¿Qué no habrá una persona, un líder que mueva a este país a ser mejor en todos los aspectos? Como, por ejemplo, lo está haciendo Joe Biden en EUA? La mayoría de los votantes pensó que AMLO era ese «enviado del Cielo» que iba a solucionar todos los males de los mexicanos. La verdad, es que, no obstante, la pandemia y el confinamiento, nos ha ido mal.
No se ve mejoría económica. Que nos enseñen los otros datos porque los que vemos en las tarifas, en los precios de los artículos de primera necesidad, en las gasolinas, en el gas, en el recibo de la CFE, todo está más caro.
De la seguridad pues, como sabemos, ésta ha disminuido en proporción al aumento de la delincuencia organizada. A diario vemos y leemos noticias trágicas. Esperemos que no nos toque. Hace poco supe de un joven conocido que murió a consecuencia de un ataque por un asalto. Veinteañero y ya se fue por la violencia. Y así, ¿cuántos más a diario?
Además, la esperanza de un futuro mejor ha disminuido considerablemente. Hay desaliento social. Se siente miedo, apatía. Un velo oscuro de sombras inquietantes cubre el territorio nacional. ¿Qué se espera de México? Así como vamos no hay mucho futuro, salvo ser otra Cuba, otra Venezuela.
Pues, así las cosas. No hay otra más, que intentar salvar este país votando por partidos y candidatos que hayan dado resultados. Que se compruebe su honestidad con su vida, su ejemplo, sus logros. Decir que «yo soy muy honesto», pues no es eso, honesto. Si realmente lo eres, no lo presumes, que otros lo digan por tí.
Votemos entonces, este 6 de Julio por las mejores acciones. Por partidos consolidados, no experimentos oportunistas para medrar con el erario. Levantemos al país, rescatémoslo. Esta es la última oportunidad, después de ésta, se acabó la función.