
Dieciocho acciones para el Bienestar
UN ATENTADO Y GUERRA DE PALABRAS
Este domingo se dio muestra una vez más de la violencia que hay en este país y sobre todo en Jalisco.
Ahora la nota hizo retumbar en todo México porque el que herido a balazos fue un funcionario público.
El regidor de Tlaquepaque, Alberto Alfaro fue atacado a balazos cuando esperaba afuera del restaurante la Trattoria, poder ingresar al lugar para poder comer con su familia.
De pronto, según narra el regidor, escuchó disparos y cuando volteó se vio sangre que le salía de la pierna. Que fue hasta cuando llegó al hospital cuando se dieron cuenta que también traía un impacto en el estómago.
De detenidos ni hablamos. Esta vez, no hay. Pero sí muchas reacciones políticas al rededor de lo ocurrido.
Por la mañana Morena en conferencia de prensa exigió a la alcaldesa María Elena Limón que le regresara la protección, aquella que se le brindó el 21 de marzo de 2019, cuando agentes de la Fiscalía del Estado le dispararon porque el funcionario no acató la orden de detener su paso.
El partido al que se unió de palabra Alberto Alfaro señala que debe proteger al trabajador de la Villa Alfarera porque el ataque del fin de semana.
Por su parte el funcionario ya en recuperación, culpó a María Elena de lo ocurrido porque señala que si siguiera con protección no lo hubieran atacado.
Revela que el supuesto guarura que tenía a sus servicios se lo quitó la primera edil porque en contra de la creación de la Policía Metropolitana, por eso en el 6 de diciembre de 2019 se quedó a la deriva.
Era obvio que ante esto la alcaldesa iba a salir a defenderse y así fue. En conferencia de prensa pidió no politizar esta acción. Que lamentaba lo ocurrido, pero ella no tenía vela en el entierro. Dejó claro que el funcionario no tenía protección como él asegura y que si así fue, que lo demuestre con los documentes que se emiten cuando se le asigna seguridad a una persona.
Le reiteró que no lo va a proteger porque la labor que ejerce Alberto Alfaro hace no de peligro. Que se haga responsable de lo ocurrido y no busque culpables.
Dijo la presidenta municipal que si la Fiscalía decide ponerle a un agente para que lo cuide, ya será de ellos.
Es lamentable que un hecho así se convierta guerra política. En palabras de ida y vuelta.
Lo bueno de todo esto es que el regidor está bien y tiene otra historia que contar. El tercer ataque que sufrido en los últimos 3 años. Esperemos que no vuelva a ocurrir, no solo a él, si no a los muchos habitantes que día a día son atacados o pueden convertirse en blanco de la violencia.
ENCRUCIJADA EN JALISCO
Vaya datos aporta este lunes el Presidente estatal de la Coparmex, Carlos Villaseñor, en la nota que firma Haremy Reyes para esta Agencia Informativa. A la cifra ya conocida de 82 mil empleos perdidos en Jalisco, el dirigente empresarial añade que ante el riesgo de que el Gobierno Jalisco active el botón rojo, podrían perderse 30 mil empleos adicionales y unas 400 empresas más declararse fuera de combate.
Según el presidente estatal de esta Cámara, las empresas que han sobrevivido a esta brutal crisis, reportan pérdidas “superiores al 50 por ciento”, y resulta a todas luces evidente que podrían ser duramente afectadas con un paro total de 14 días, como amenaza la actual situación en la contingencia.
Sin embargo, más que un diagnóstico, parece una súplica para el gobernador Enrique Alfaro. Como es de todos sabido, el indicador de número de casos por cada millón de habitantes amenaza con rebasar el límite establecido por el Ejecutivo estatal, y con se activa el temido botón rojo.
La paradoja estriba en las prioridades: Enrique Alfaro enfrenta una encrucijada que no se va a resolver con llamados a la responsabilidad social. Es muy evidente que la ciudadanía que sigue saliendo a la calle lo hace, principalmente por asuntos laborales. Sí, hay muchos que ya no soportan el encierro y acuden a restaurantes, cafés, parques o centros comerciales, o se reúnen de manera social en sus viviendas. A ellos les cuadra el mensaje del presidente de la Coparmex Jalisco, pero el problema real estriba entre la amenaza de más contagios y la realidad de muchos trabajadores que, precisamente ante el declive económico, tienen que transitar en la vía pública, sea para transportarse a sus centros de trabajo, sea para tomar el transporte en la misma situación, o situarse frente a clientes que, en el mejor de los casos están a sana distancia y con cubrebocas, pero a los que enfrentan diariamente en interacciones sociales, con el riesgo subsecuente.
Alfaro está entre la espada y la pared. Cierto, la economía podría resentir las cifras dolorosas que muestra hoy el dirigente empresarial; pero también el sistema de salud, podría verse amenazadoramente rebasado. Ambos extremos de esta dicotomía macabra proclaman muerte: en el primer caso de ilusiones, de negocios, de fuentes de empleo, en el segundo, el desgaste enrome del personal médico y de enfermería y el colapso de las instituciones de salud, que pondría en riesgo muchas vidas; además, de la baja en la calidad de la atención a otros enfermos graves, que no tengan Covid 19. Por lo pronto el virus demanda mucho más creatividad, paciencia, tolerancia y esfuerzo de una sociedad acostumbrada a pensar solamente en sí misma, y que de repente tiene que abrir los ojos para contemplar al prójimo y a aquel concepto, casi empolvado, que se llama bien común.