¡¡¡Plop!!!/Salvador Echeagaray
LOS DOS TIPOS DE CIENCIA
“La ciencia lo descubre todo”. “Si no es científico no vale”. “Si no se ve o, se toca o, la valida la ciencia, no es verdadero”.
Solemos oír estos juicios por doquier. Nos enseñaron desde la primaria, que lo científico, es lo que está comprobado por la ciencia. Que se ve, se percibe, que es capaz de medirse y replicarse en un laboratorio o lugar especial.
Sin embargo, no se toma en cuenta que la ciencia, o episteme, en griego se divide en dos grandes ramas:
1. La ciencia experimental, que es la que comúnmente llamamos ciencia. Esa. que practican “los científicos”.
2. Las ciencias racionales. Son las que no están sujetas a experimentarse totalmente o a veces, parcialmente, por los sentidos.
Comúnmente se suele denostar o desmerecer a las ciencias racionales, pues su objeto de estudio no siempre puede verse, tocarse, o experimentarse.
Por ejemplo, el alma humana. Muchos niegan su existencia, pues no se ve, no se toca. Sin embargo, Si no tuviéramos una substancia inmaterial en nosotros, yo no hubiera podido escribir ésto, ni usted lo estuviera leyendo y entendiendo.
Es a través de los sentidos, como conocemos el mundo que nos rodea. La información captada por ellos es enviada a nuestro cerebro. Pero ¿qué pasa después en los seres humanos? Esa información es tomada por el alma o espíritu y es, por decirlo así, desmaterializada.
Los datos que nos llegan los hacemos ideas, conceptos. Estos son inmateriales. No se pueden ver o tocar. La justicia, la bondad, la virtud, la felicidad son conceptos inmateriales. Nosotros los entendemos y aplicamos a situaciones, cosas o personas. Así decimos, Juan es justo, María es buena, Jorge es feliz, etc.
Y a los conceptos les ponemos nombres o términos, luego, es posible evocarlos en nuestra mente. Esos conceptos los traducimos en letra o caracteres. Aprendemos a reconocerlos y combinarlos. De esa manera, desarrollamos la escritura, así yo pude escribir esto. Así usted puede leerlo.
No despreciemos entonces, las ciencias racionales. Nos dan mucha más información sobre lo que nos rodea, que muchas otras que se designan por ciencia. Claro, si combinamos ciencias experimentales con racionales, pues, llegaremos a encontrar lo que nuestra inteligencia busca necesariamente, la verdad.
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– ¿De qué escribiste hoy?
– De las ciencias que estudian lo que no se ve y no se toca.
– ¡¿Qué andas fumando?!
¡¡¡PLOP!!!