
Libros de ayer y hoy
UN PENAL, MUCHAS HISTORIAS
Había una vez un Centro Federal de Readaptación Social número 2 de Occidente, ubicado en el Complejo Metropolitano de Puente Grande, en Jalisco.
En 1993 fue inaugurado para darle asilo a presos de alta peligrosidad. Al poco tiempo fue ingresando a grandes barcos a su lista de huéspedes.
De los primeros en aparecer fue Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, quién fue detenido en el 93 y enviado a las nuevas celdas, en Jalisco.
Con el paso de lo años, el lugar ubicado en El Salo, operaba de maravilla, era una gran inversión y parecía tener todo bajo control.
Pero en 2001 se vio vulnerada su seguridad. Sus protocolos fueron echados a la basura o más bien a la ropa sucia y es que el líder del Cártel de Sinaloa escapó del lugar.
Como si fuera digno de una película, se subió al carrito de la ropa sucia y ahí salió con ayuda, de una manera simple y sencilla, una historia digna de una película.
Ahí, el Cefereso 2 vivió su peor momento. Dejó muestra de que ningún lugar era 100 por ciento seguro para resguardar a reos de alta peligrosidad.
Durante sus 27 años tuvo a inquilinos de la talla de: Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo Don Neto, fundadores del Cártel de Guadalajara, así como la de Miguel Ángel Treviño Morales alias el Z40; Vicente Carrillo Fuentes El Viceroy; Adán Salazar Zamorano Don Adán; Israel Vallarta Cisneros; Jesús Méndez Vargas El Chango y Juan Pedro Farías Saldívar Z-27, entre otros.
Y decimos tuvo, en tiempo pasado, porque este lunes se anunció m cierre total del lugar. Esos muros ya no serán testigos de más anécdotas. Ya no albergará a delincuentes. Su historia llega a su fin, ese fin del que nadie veía venir, ni los familiares de los presos, porque ni siquiera les avisaron de las intenciones de trasladar esposo, hijo, primo, hermano, tío o más a otro Estado, porque aquí ya no habrá más lugar para ellos.
Desconcertadas, varias mujeres llegaron al Penal, en Puente Grande, para saber qué iba a pasar con todos los que albergan el lugar. A dónde serían enviados y cuánto ocurrirá esto.
Sin que nadie se les acercara, aguardaron hasta que pudieron, rogando pronto tener noticias de su gente para poder planear ahora cómo harán el viaje a Chihuahua, Durango o Nayarit, uno del los posibles destinos de los más de 300 internos.
Hasta nunca Centro Federal de Readaptación Social número 2 de Occidente, tu historia llegó a su fin.
ASÍ NO
Muchas veces las pelas las peleas las tergiversamos. El grito de guerra que debería de ser todo lo contrario a lo que exigimos que se frene, termina por ser opacado por un grupo de personas que solo quieren ver arder al mundo.
La violencia no se combate con violencia, porque entonces se vuelve en una guerra sin fin.
El cese a la violencia de género no se puede frenar si realizas ese mismo acto con el género que dices que te ha atacado por años.
La lucha debe ir más allá del vandalismo y de la agresión a los hombres solo por ser hombres.
El alzar la voz es de aplaudirse siempre. Todos tenemos el derecho de pelear por nuestros intereses y porque sea respetada nuestra opción.
Este lunes, un grupo de mujeres salió a las calles de Guadalajara para pedir que se despenalice el aborto. Que se legal y seguro. Que ellas puedas decidir sobre su cuerpo.
Eso está perfecto, cada quien tendrá su punto de vista sobre si válido que una persona decida quitarle la vida a otra o si no se considera vida hasta después de ciertos meses que el “producto” se forma y late el corazón.
El punto es que no es válido agredir a gente que solo va a hacer su trabajo. Que va a documentar justamente esa lucha que cada una hace para que llegue a los medios y se difunda, con esto, llegar a los oídos de todos los diputados, senadores, al presidente y hasta los millones de ciudadanos para que se brinde el apoyo y se cumpla el objetivo.
No es justo que una persona que fue enviada a laborar, termine siendo golpeado por el siempre hecho de ser hombre. Esto, esto es justo lo que cada colectivo de mujeres pide, que no sean agredidas, discriminadas, denigradas y más, solo por el hecho de ser del sexo femenino.
Una lucha pierde fuerza cuando este tipo de cosas ocurren. Cuando se tolera la violencia de género y se le aplaude, se le solapa y se le esconde a la agresora de tal cosa.
Así no, así no. Somos seres humanos y debemos ser mejores que todos aquellos que son capaces de asesinar, violar, acosar y humillar a una mujer. Así como hay mujeres malas, hay hombres buenos. Esos que sí quieren verlas libres y con todos los derechos a la par del hombre. Esos que tienen hijas y que agradecen la lucha de miles de feministas a lo largo de la historia para que hoy en día ellas puedan votar, ocupar puestos de primer nivel en un trabajo, acceder a la mejor educación y miles de cosas que se ganaron.
Sí existen buenos hombres, esos que seguro muchas de las que estuvieron en la marcha se sienten orgullosas por ser grandes padres, hermanos, primos, amigos y hasta novios.
Por ellos, debe no generalizarse y querer lincharlo a la mínima provocación a un hombre que solo fue a cumplir su deber. Basta de violencia innecesaria. Basta de que paguen justos por pecadores. Debemos construir un mundo mejor, sí a base de gritos, consignas, exigencias, pero no a base golpes. Así no.