Visión Financiera
Nada está escrito para nadie en el Estado de México, la entidad más poblada y con mayor peso electoral del país; simbólica para el PRI, que se juega allí buena parte de su futuro. Retener el Estado de México o participar de una coalición ganadora es el oxígeno que el tricolor requiere para ganar tiempo y, con ello, la posibilidad de continuar como una fuerza política relevante, especialmente si Morena perdiera ímpetu en el futuro.
Darío Celis en su espacio “La cuarta transformación”, este martes apunta sobre el posible reacomodo de la alianza opositora a partir de ceder al PRI la candidatura a gobernador. Dos mujeres destacan, Alejandra del Moral y Ana Lilia Herrera, ambas con capacidad para dar la batalla, particularmente si Delfina Gómez es la candidata de Morena. El sacrificio obligado sería el de Enrique Vargas y si participara Movimiento Ciudadano en el acuerdo, Juan Zepeda. Una coalición en tales condiciones tiene auténticas posibilidades de triunfo. La decisión no es fácil para el PAN o MC, pero es la mejor vía para el triunfo.
Enrique Vargas es un candidato altamente competitivo. También Juan Zepeda. Ante la imposibilidad de acuerdo, la vía alternativa para una coalición opositora es conceder registro a tres candidatos competitivos y, en su momento, quien tenga mayor intención de voto sea refrendado con la declinación de aquellos en mayor incertidumbre. Derrotar al oficialismo y dar curso a un gobierno de coalición en el Estado de México es objetivo compartido. Como ningún otro lugar, por la regionalización de la política y la vastedad de su población, ofrece condiciones propicias para ello.
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