
Gravar las remesas
El PRI no es Rubén Moreira, tampoco Alejandro Moreno; lamentablemente está capturado por lo peor en su más difícil momento. Era evidente que dictaminar la reforma eléctrica después de las elecciones próximas constituía un chantaje de la peor factura. Se trataba de presionar al Presidente para que hiciera lo que no es aceptable ni posible: cambio de votos legislativos por cargos de elección popular. López Obrador no cedió. Sí le queda claro que quien manda en ese partido es el coordinador de los diputados, Rubén Moreira.
Ya se dictaminó en comisiones la iniciativa presidencial, se sostiene en su contenido original. Los cambios se realizaron en artículos transitorios. Será hasta el 11 de abril que los diputados opositores podrán agregar, modificar u objetar el contenido del dictamen, para que posteriormente pase al pleno y sea votado. Por lo pronto, la coalición Va por México del PAN, PRI y PRD presenta su contrapropuesta para que las jefas de familia, grupos vulnerables y los hogares con menores ingresos de la población sean acreedores a “tarifa cero” en el servicio de energía eléctrica. Agua de su propio chocolate a López Obrador. Asimismo, se los opositores proponen autonomía presupuestaria y de gestión de la CFE y el fortalecimiento de los órganos reguladores autónmos como la CENACE y la CRE.
El dirigente del PRI afirmó que no votarán por el dictamen. Sin embargo, la Comisión de Medio Ambiente, presidida por el PVEM incorporó la propuesta de la candidata del PRI a Hidalgo de reconocer en la Constitución el derecho a la electricidad. Con ello se pretende ganar el voto de algunos diputados tricolores. ¿Ruptura entre Alejando Moreno y Rubén Moreira? Difícilmente, más bien es el engaño basado en el juego del policía bueno y el malo.
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