
Visión Financiera
Todo parece indicar que el pecado de Adán Augusto López, es romper la regla no escrita de la política: No pelear y mucho menos, desafiar a la máxima autoridad en funciones quien, en este momento, es la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo.
Creyó que el poder detrás del trono, del expresidente Andrés Manuel López Obrador era eterno e intransferible, lo que -se percibe- se va alejando de la realidad, por un juego de presiones y traiciones entre los grupos de poder de Morena y la presidencia de la república.
De un momento a otro, el super coordinador de los Senadores de Morena, amigo personal, casi hermano, de AMLO, paso de ser una de las cartas fuertes para buscar la sucesión presidencial, a desaparecer unos días del escrutinio público, después de que se giraran órdenes de aprehensión contra Hernán Bermúdez Requena, conocido como: El Comandante H, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, cuando López fue gobernador de Tabasco (2019-2021).
La nota completa en Quadratín Bajío