
Libros de ayer y hoy
Buena parte del objetivo de democratizar se centró en el derecho al voto, es decir, el respeto al sufragio efectivo. El origen revolucionario ya llevaba implícito que se trataba de votar en libertad, pero también de ser votado, reclamo de origen maderista.
El tema ha evolucionado y con la normalidad de la democracia electoral, la alternancia y el arribo de la pluralidad, especialmente, el fortalecimiento del sistema de partidos, que ha involucionado en partidocracia, la exigencia del derecho a ser votado se ha ciudadanizado en el sentido de que quien desea acceder a una candidatura tenga la oportunidad justa de ser postulado por el partido de su preferencia.
La partidocracia aleja a los partidos de los ciudadanos, que se revela de manera importante en la exclusión y en la decisión discrecional en la asignación de candidaturas. La democracia interna de los partidos está ausente en el discurso político convencional; como bien se dice, los partidos han transitado por la democracia, pero no la democracia por los partidos, incluso ha habido involución como el caso del PAN, el partido históricamente más avenido a procesos competidos para designar candidatos.
La columna completa en Quadratín Yucatán