
Visión Financiera
La Coparmex nacional adelante, la de Jalisco…alfarizada
Por: Salvador Guerrero Chiprés
La COPARMEX ha sido, desde el ámbito nacional, una institución de un liderazgo innovador en el cual la anticorrupción y la transparencia son centrales en su agenda contemporánea.
La gran idea es la construcción de una democracia participativa antes que de una representativa, como parte de la discusión global sobre la dicotomía entre la delegación de poder o la coparticipación del mismo.
Es de conocimiento y apreciación pública la nueva dimensión adquirida en esa representación empresarial, gracias al liderazgo de Gustavo de Hoyos.
El dirigente ha declarado que colaborará con el presidente que sea determinado por la mayoría de los mexicanos. En lenguaje más claro: la representación patronal tiene disposición de contribuir con Andrés Manuel López Obrador.
En sorprendente contraste, en Jalisco el llamado “sindicato patronal” fundado en 1929, controlado en esa entidad por un pequeño grupo de empresarios de Zapopan, ha hecho todo aquello que era inadmisible antes en la Coparmex defensora de un diálogo con el gobierno: se ha entregado a uno de ellos municipal y a un candidato a gobernador: Enrique Alfaro.
Pablo Lemus, candidato también de MC, en su caso a ser reelecto por Zapopan es parte del grupo compacto de Alfaro. Lemus ejerce control como empresario que fue presidente de la propia Coparmex y como operador de Alfaro en esta campaña.
Han generado la insostenible imagen de que el candidato de Morena, Carlos Lomelí, no responde a la agenda de lo empresarios cuando en realidad simplemente se ha distanciado de la captura de Coparmex por parte de MC y Alfaro.
Un ejemplo claro: en vez de realizar su reunión de cambio de la junta directiva el 26 de junio, Coparmex adelantó la fecha a petición de Alfaro, para que pudiera realizarse antes de la veda electoral, al 19 de junio.
Ningún otro candidato fue invitado. La Coparmex Jalisco se entregó de la manera más irresponsable, considerando los valores éticos y políticos de su contraparte nacional, al pragmatismo pedestre de Movimiento Ciudadano quien se halla en control de esa representación patronal.
No hay diversidad sino discurso único; no hay democracia participativa sino la más anacrónica versión de la representativa; no hay disposición al cambio y la innovación, la hay a la continuad y la opacidad.
La Coparmex debe decidir que hará, en el nivel nacional, respecto de ese comportamiento, de supeditación, como una alfombra ante los pies del alfarismo, especialmente en relación con denuncias presentadas en la Fiscalía General del Estado y el lunes pasado, sobre las cuentas públicas de Zapopan, especialmente con respecto a los cargos por 1280 millones que debe regresar al erario y con un sinnúmero de otros temas que seguirán presentándose cualquiera que sea del resultado de la elección.
Ni mencionar que Alfaro no entrega cuentas desde diciembre del 2017 y que, por una actitud inexplicable, la ASF no multa ni llama la atención, aunque es su obligación según la norma vigente.
Los de Lemus son cargos consolidados no meras recomendaciones o solventaciones pendientes.
Esto es, son determinaciones de la Auditoria Superior de Jalisco que lo obligan a restituir esa fabulosa suma al presupuesto de la capital económica jalisciense donde él ha sido y sigue siendo el líder de una COPARMEX domesticada de acuerdo a los intereses de Movimiento Ciudadano y en consonancia con la auto-asumida indefensión de un buen número de empresarios que prefiere contemporizar con Alfaro que actuar de acuerdo a principios de anticorrupción, especialmente en el área de obra pública y construcción de inmuebles para uso habitacional con espacios públicos cedidos con ventajas indebidas a particulares.
Alfaro y Lemus son dos ejemplos de una corrupción mayúscula -tan frecuente y generalizada en municipios mexicanos- que hace ver a la atribuida a Ricardo Anaya como un travieso chiquillo que solamente lava dinero o evade impuestos.
Alfaro y de MC, roban las propuestas, vocabularios y actitud que creen útil para su causa del abrevadero propagandístico de Andrés Manuel López Obrador, es inestable ahora y lo será seguramente más en el futuro, cualquiera que sea el resultado del próximo 1 de julio.
Veremos si Gustavo de Hoyos se deslinda o se da por enterado o si la anticorrupción no aplica en casa…de Jalisco.