La esperanza, dicen, es lo último que se pierde. Y soñar no cuesta nada. Por eso, la ilusión de ver a Rodolfo Pizarro nuevamente vestido de rojiblanco sigue viva en millones de aficionados de Chivas. ¿Es realmente posible un traspaso de esa magnitud? Para nada es sencillo, sobre todo por el tema económico. Pero de que tendría grandes beneficios para el club, no hay ninguna duda.

Lo primero a considerar es el tema financiero. El actual futbolista del Inter de Miami quiere salir al no tener la actividad que quisiera con ese equipo de la MLS estadounidense. Pero el dueño de sus derechos no lo vendería por menos de 12 millones de dólares. ¿La economía de Chivas puede permitirse un gasto como ese? La respuesta es sencilla: no.

Comprarlo definitivamente está fuera del alcance. Hace año y medio, el Guadalajara invirtió 35 millones de dólares en refuerzos. Parte de esas compras todavía se debe. Ricardo Peláez aseguró que nunca más, mientras fungiera como director deportivo, se volvería a disponer de tanto dinero para contratación de jugadores. Por ello, la opción sería solicitar un préstamo.

Suponiendo que el club estadounidense accediera a eso, vienen dos pasos más. Primero, la contratación de un millonario seguro que le garantiza su inversión al equipo propietario en caso de que el futbolista llegara a sufrir una lesión que pudiera alejarlo durante un periodo importante de las canchas, con el conocido riesgo de no saber en qué condiciones volverá.

Después, está el tema salarial. Rodolfo Pizarro tiene un ingreso asegurado de 3.35 millones de dólares por temporada en la MLS de Estados Unidos. Fuentes allegadas a la directiva del Guadalajara aseguran que más bonos, la cifra se acerca a los cinco millones, en caso de que el jugador cumpla con todos los requisitos para ganarse ese extra.

La solución de este tema específico está en manos del jugador: ceder económicamente. Aceptar un sueldo menor al que hoy tiene, a cambio de ganar en la parte futbolística, pues tendría mayor actividad y sería considerado parte fundamental del Rebaño Sagrado. En su primera etapa con Chivas, dejó un grato sabor de boca entre los aficionados.

Y al final, queda un problema más por resolver: Guadalajara no es el único interesado. Monterrey, donde también ya jugó, vería con buenos ojos su regreso. Sobra decir que tiene mayor capacidad económica hoy en día. Pero Rodolfo Pizarro no lo pasó tan bien en la última etapa como rayado. Por eso, al momento de decidir, la esperanza de los aficionados rojiblancos es que prefiera a Chivas.

Lo dicho: no es para nada sencillo el camino para que Pizarro pueda volver al Rebaño Sagrado. ¿Un gran esfuerzo vale la pena? Por su puesto que sí. La directiva ganaría no sólo a un gran futbolista en la cancha, sino que además tendría una oportunidad de congraciarse con sus aficionados, decepcionados por lo ocurrido en el último torneo.

Ni es fácil, ni es seguro. Pero la sola esperanza de que Rodolfo Pizarro vuelva al Guadalajara, hace sonreír a millones de aficionados. Será cuestión de tiempo para saber si puede o no concretarse, si la directiva que encabeza Amaury Vergara está dispuesta o no a un gasto que hasta antes de que existiera esta posibilidad, estaba simplemente fuera de cualquier cálculo.