Libros de ayer y hoy
En Verde Valle comienzan a escucharse Las Golondrinas. Parece que en el ánimo de todos ya está aceptada la idea de que José Juan Macías se irá a Europa. No es para nada secreto que el joven delantero de Chivas busca dar cuando antes el salto al Viejo Continente. Pero una pregunta cobra vigencia en medio de este panorama: ¿Es el mejor momento para hacerlo?
Todos parecen resignados. Amaury Vergara le dio su palabra de ayudarle a ser vendido cuando llegara una buena propuesta de Europa. Ricardo Peláez dijo apenas hace unos días que tiene las puertas abiertas para emigrar. Luis Fernando Tena reconoció su deseo de que se quede, pero advirtió: “Nadie es indispensable”. Y su compañero Oribe Peralta afirmó que tiene todo para “romperla” en el Viejo Continente.
No hace falta más que escuchar a cada parte de la institución para saber que JJ puede partir en cualquier momento a cumplir el sueño que ha hecho público prácticamente desde que debutó en la Primera División. Cada quien tendrá una forma distinta de ver el asunto, pero la pregunta ahí está: ¿Es el mejor momento para irse? Para mí, no. Al menos tres razones hacen pensar que esperar un poco sería benéfico para todos.
El primer motivo es económico. Hay que estar conscientes de algo: vivimos una pandemia. Y el futbol no estará exento de sus devastadoras consecuencias. Los clubes alrededor del mundo no tendrán el mismo poder adquisitivo que en el pasado o en el futuro. ¿Esto que significa? Que probablemente las ofertas de hoy serán más bajas que las que podrían verse en un año o dos.
Chivas, en el afán de cumplir con la palabra entregada al delantero, bien podría hacer el “sacrificio” de aceptar una oferta no tan importante. El honor de una promesa quedaría intacto, pero el bolsillo sí se vería afectado. Además, vienen Juegos Olímpicos, si todo sale bien, el próximo año. Si José Juan destaca en Tokio su valor puede aumentar, lo mismo que sus posibilidades de llegar a un mejor equipo.
La segunda razón es meramente deportiva. El autor estadounidense Joshua L. Liebman escribió: “La madurez se logra cuando se consigue posponer placeres inmediatos por valores a largo plazo”. Si José Juan Macías aguanta un poco ese comprensible ímpetu de dar desde ya el gran salto, ganará algo que en la cancha sirve mucho: experiencia.
Un futbolistas que llega a Europa con el proceso de formación más avanzado siempre tendrá mayores posibilidades de éxito inmediato. Un claro ejemplo lo vemos en Diego Lainez: futbol tiene, pero se fue todavía falto de experiencia y le ha costado. Un par de torneos más en México, pelear un título de goleo y luchar por levantar trofeos con un club de altísima exigencia son cosas que le podrían ayudar mucho a JJ para terminar de madurar.
El último motivo para no irse en este momento tiene que ver meramente con el corazón. Es un tema sentimental, más que racional. Nunca ha sido un secreto su deseo de jugar en Europa. Es cierto, además, que tiene la palabra de la directiva de dejarlo ir. Y también, que no se olvide, hay un sueño que estableció el propio Macías: ser campeón con Chivas antes de emigrar. Claro que cualquiera puede irse sin cumplir una promesa. No sería ni el primero ni el último. Pero ahora, JJ, hay 40 millones de personas esperando que lo cumplas.
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