La decisión de los empresarios del estado de Oaxaca de realizar un paro de 24 horas el pasado lunes, en protesta por los bloqueos que llevan a cabo los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –y que cumplen 85 días–, es una mala señal.
Parece que los comerciantes e industriales de Oaxaca han entendido el mensaje de que sólo realizando su propia protesta, sus propios bloqueos y ejerciendo sus propias medidas de fuerza, pueden lograr que los escuche el gobierno.
Por lo tanto, muy pronto veremos que todos los mexicanos que quieran ser escuchados, se les concedan sus demandas –o también se les cumplan sus caprichos–, recurrirán a la exitosa fórmula de cerrar calles, incendiar oficinas públicas o rapar y vejar a la población civil o a funcionarios de gobierno.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Benjamín Hernández, señaló que cada empresario decidió en forma individual si se sumaba al paro. Por ello, desde el sábado, algunos dueños de comercios colgaron letreros donde informaban a sus clientes de la suspensión de actividades.
Participaron en el paro dueños de hoteles, restaurantes y concesionarios del transporte público y la medida incluyó una marcha que partió de la Fuente de las Ocho Regiones hasta el Centro Histórico. Los organizadores convocaron a la sociedad oaxaqueña a sumarse a esta movilización, vestidos de blanco.
Quien asegure que los maestros protestan por la aprobación de la reforma educativa que se realizó hace tres años, está totalmente equivocado. Estos llevan 40 años realizando marchas y paros, y de esta forma siempre habían logrado sacarle jugosas prerrogativas al gobierno.
“Ahí vienen ya los de la CNTE”, solían decir muchos capitalinos en temporadas de verano, porque sabían que durante ese período las calles del Centro se llenaban y ellos provocaban algunos incidentes violentos para amedrentar. Luego que sus dirigentes les arrancaban suculentas concesiones a las autoridades, regresaban como soldaditos, bien alineados, a planear la marcha del año siguiente.
Ahora las cosas cambiaron, porque la reforma les arrebató numerosos privilegios y por ello las manifestaciones se volvieron permanentes. Incluso, el gobierno les retiró importantes cargos a los propios dirigentes magisteriales en Oaxaca, Guerrero, Chiapas o Michoacán –donde al igual que otras tantas entidades– era obligado que el titular del área educativa fuese un miembro del SNTE o de la CNTE.
También incrementaron sus niveles de protesta, porque esta vez el gobierno decidió arrestar a varios dirigentes y el pasado 12 de junio detuvieron al secretario general y el tesorero de la Sección 22, Rubén Núñez y Francisco Villalobos, a quien por cierto se le apoda “Chico Pelón”.
Pero hay que decirlo claramente: los empresarios mexicanos no son los únicos que están hartos de las movilizaciones de los maestros disidentes, a quienes les importa un bledo si con sus bloqueos pasan a perjudicar a los ciudadanos de a pie que llegan tarde a sus trabajos, se ausentan de sus escuelas o se ven obligados a cancelar o incumplir sus citas médicas.
Ellos, la verdadera sociedad civil –no la patibularia “izquierda” mexicana fascista, mesiánica y corporativista, que tiene de rodillas al resto de los mexicanos–, realmente consideran que los integrantes de la CNTE sólo defienden sus privilegios, consistentes en cobrar sin trabajar, heredar plazas y ganar altos salarios sin siquiera merecerlos.
Los dirigentes del sector privado habían ya amenazado con irse al paro argumentando las cuantiosas pérdidas que sobre todo han sufrido hoteleros y restauranteros a quienes se les estropearon los beneficios que suelen obtener justamente durante la temporada veraniega de vacaciones.
Así, los empresarios pasaron de las advertencias a la acción y anunciaron el freno a sus labores e inclusive dijeron que se negarían a pagar impuestos en los cuatro estados del sur del país, azotados por la insurgencia magisterial.
Sin embargo, en esta ocasión el gobierno de inmediato reaccionó y para Ripley, amenazó con aplicar todo el peso de la ley a los empresarios si se atrevían a dejar de pagar sus contribuciones.
En el mundo mexicano al revés, la valentía gubernamental -que debería exhibir aplicando la violencia legítima del Estado contra quienes violan la ley, es decir, los maestros radicales-, ahora sí salió a relucir.
Lo cierto es que mientras se engallan ante quienes se atreven a robarse un pan o pasarse un alto, las autoridades doblan las manos cuando se trata de “poner en cintura” a la cada vez pendenciera facción radical del gremio docente.
La Confederación Nacional de Cámaras de Comercio (Concanaco) afirmó que presentará una demanda colectiva en contra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que agrupa a los maestros disidentes, para reparar los daños causados con sus bloqueos y protestas.
Las organizaciones cúpula del sector privado estiman en siete mil 500 millones de pesos las pérdidas en estos casi tres meses de paros y manifestaciones violentas. Y aún hay más:
La versión de que el gobierno se dispone a liberar a los dirigentes encarcelados y a pagar los salarios de los maestros que acumularon más de 3 faltas por asistir a sus marchas y mítines, ha despertado la ira del resto de los mexicanos, excepto la de los grupúsculos de radicales que apoyan a la CNTE.
Se habla incluso de que el gobierno se apresta a descongelar las cuentas bancarias embargadas al sindicato –que finalmente es un cochinito erigido con el dinero de nuestros impuestos–, así como a reinstalar a casi mil profesores cesados.
Los dirigentes magisteriales Ramos Reyes, de Guerrero y Enrique Juárez, de Michoacán, señalaron que el gobierno les ofreció “reponer esta semana los descuentos a profesores y reinstalar a los cesados”, pero indicaron que exigen también que se otorgue un contrato definitivo a 15 mil maestros interinos.
Por su parte los empresarios estimaron que es preciso utilizar la fuerza pública para terminar con los bloqueos porque “no me parece que se va a lograr abrir las carreteras con el diálogo”, afirmó Enrique Solana, presidente de la Concanaco.
El organismo cúpula del sector privado reprobó que se negocie la ley y se utilice como moneda de cambio. “México no puede seguir siendo rehén de grupos que anteponen sus intereses personales y facciones sobre el interés común nacional”, expuso Solana.
La rebelión de docentes ha generado una fuerte polarización política y social, mientras el gobierno se muestra incapaz de aplicar la fuerza legítima del Estado, temeroso de que las cosas se salgan de control.
Luis Robles, presidente de la Asociación de Bancos de México, dio a conocer un manifiesto hace unos días en el cual expresó un “Ya basta” a las protestas y dijo que éstas significan “simplemente extorsión” al señalar que el bienestar del país no puede ser rehén de intereses cuestionables de unos cuantos.
“Vemos cómo día con día se configura una crisis de gobernabilidad en la que el Estado mexicano pareciera estar perdiendo la batalla frente a unos cuantos que violan sistemáticamente la ley”, dijo a su vez la Confederación Patronal de la República Mexicana.
En tanto, los dirigentes de la CNTE se dicen víctimas de “una campaña de odio” y socarronamente aseguran que sus acciones sólo buscan la justicia. “Pareciera que nosotros somos los monstruos”, dijo Francisco Bravo, dirigente de la Sección 9.
Sin embargo, habrá que decirles a los líderes de la CNTE que la justicia no es algo que pase por encima de los demás en beneficio de unos cuantos, ni consiste en hacerle la vida imposible a los mexicanos que a diario salen de a trabajar para llevar comida a sus hogares.
Tiene razón la Coparmex cuando afirma que “vemos cómo día a día se configura una crisis de gobernabilidad en la que el Estado mexicano pareciera estar perdiendo la batalla frente a unos cuantos que violan sistemáticamente la ley”.
Lo dicho: el ala radical de la CNTE –que no precisamente representa el sentir de miles de maestros adheridos a esta agrupación-, ha revelado que ante un gobierno timorato e incapaz de aplicar la ley en beneficio de la población afectada, la mejor fórmula para obtener lo que se quiere, son el incremento de los bloqueos y el uso de la violencia sistematizada.
Granos de café
El precio promedio de las gasolinas en el mundo es de 18 pesos litro, en tanto que el salario para las naciones con nivel de desarrollo económico similar a México es de 350 pesos al día, lo que comparado con los 73 pesos del salario base mexicano, hace evidente la utopía de energéticos baratos.
Desde el gobierno se aduce que el litro de la Magna en México es mucho más barato que en Noruega (país petrolero). Y sí, tienen razón: en Noruega el litro de gasolina cuesta aproximadamente 33 pesos, sólo que el salario medio bruto en promedio es de dos mil pesos diarios, pequeño detalle que escapa al discurso de los sofistas que, además, amenazan con nuevos aumentos a las gasolinas en el 2017.
La comparecencia ante el Senado de la República de Miguel Messmacher Linartas, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, así como del Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell y de los directores de Pemex y de la CFE –para explicar el nuevo aumento a los energéticos, cuando la promesa había sido que no habría más incrementos este 2016–, sólo probó la impreparación del subsecretario, para justificar el nuevo aumento a gasolinas.
El sólo citar que en México la gasolina es más barata que en Noruega, es carecer del más elemental sentido común, ya que es obvio que esa nación tiene los mayores salarios en la Unión Europea. Habría que decir a los funcionarios que antes de hacer afirmaciones tan temerarias, valdría la pena que se asesoraran por expertos para no hacer tan evidente las disparidades en las comparaciones.
No se puede poner como referencia casos dispares sobre costos de energéticos, porque el salario entre nuestro país y naciones desarrolladas como Francia, Estados Unidos y aún España es abismalmente distinto.
El sólo citar que el precio del litro de la gasolina Magna es más barata en México (13.96) que en California (14.25 en promedio), hace evidente lo disparatado de la comparación, cuando esta región cuenta con los mayores salarios base en EU y una programación de incrementos salariales para los próximos años. Ello obliga a pensar en la impreparación de los funcionarios o un astuto sofisma…Sus comentarios envíelos al correo [email protected]