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¡¡¡Plop!!!
¿Sintomático o asintomático? En tiempos de Covid 19, si hay algo que se agrace por parte de las autoridades es la honestidad. No sólo de las gubernamentales o sanitarias. También el mundo del futbol existe una responsabilidad social. Mentir no tendría que estar permitido cuando se habla de un tema tan delicado como la salud.
El caso de Uriel Antuna, futbolista de Chivas, exhibió un proceder falto de precisión al momento de reportar contagios en el balompié mexicano. Tanto la Liga MX como el Club Deportivo Guadalajara aseguraron que el Brujo era asintomático y que no había tenido complicación alguna. Su esposa, Penny García, documentó en un video de 16 minutos, lo mal que lo pasó.
No hay que darle muchas vueltas: la verdad se ocultó. El jugador tuvo síntomas provocados por el Covid 19. Elevada temperatura, debilidad, falta de apetito y dolor en el cuerpo son algunas de las cosas que pueden apreciar en las imágenes. Lo que estuvo ahí, a la vista de todos, no es precisamente una persona asintomática.
Y como él, absolutamente todos los casos del futbol mexicano reportados con anterioridad, habían sido anunciados como “asintomáticos”. Después de ver lo ocurrido con Antuna, cualquiera se hace al menos dos preguntas: ¿Cuántos más, de todos los contagios que ha reconocido la Liga MX, habrán pasado un mal rato? ¿Por qué existe tanto miedo a decir la verdad cuando se trata de esta enfermedad?
Ahora, la sospecha es válida. Se fundamenta en el caso de Uriel. Porque si mintieron con uno, ¿quién nos asegura que no han ocultado la verdad con varios más en lo que va de la pandemia? ¿Existirá acaso una orden por parte de la Liga MX para que los equipos minimicen, en la medida de lo posible, todo lo que tenga que ver con el Covid 19?
El juicio de la opinión pública fue severo cuando se descubrió la verdad del Brujo Antuna. Por eso, el siguiente caso reportado por Chivas recibió un trato distinto. Este martes, al anunciar el contagio del veterano Oribe Peralta, por primera vez un comunicado de la Liga MX reconoció que el involucrado pasó “días complicados”, sin llegar a tener “problemas de oxigenación”. Qué distinto, ¿verdad?
Y no tiene nada de malo reconocer que un enfermo lo pasa mal. No es pecado contagiarse. Tampoco es delito. Entonces, ¿por qué tanto miedo de la Liga MX? Quizá porque no quieren que crezcan las voces que cuestionan el arranque de un torneo en plena pandemia. Probablemente las autoridades del balompié nacional temen reconocer que un contagiado de Covid 19 lo puede pasar mal, aunque sea futbolista.
Porque entonces se incrementarían las voces que piden frenar el deporte mientras no existan condiciones sanitarias suficientes para garantizar la integridad de los seres humanos que protagonizan este espectáculo. En términos simples: quieren proteger el negocio que con tanto esfuerzo, después de un tiempo considerable, han podido echar nuevamente a andar.
Ahora, tras descubrirse una verdad a medias y dejar sospecha de que otros casos han sido similares, probablemente el comportamiento de la Liga MX cambie. Ya lo hizo con Oribe Peralta y ojalá los próximos contagios, porque seguirá habiendo en todos los equipos, se traten con mayor honestidad. En tiempos de Covid 19, eso se agradece. No es pecado enfermar y si se dice la situación real, puede servir como ejemplo, para que todos sigamos cuidándonos.